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El mundo nos quiere obesos… para mal de los médicos

No obstante el cada vez mayor número de personas obesas en el mundo, muchos instrumentos médicos no están adaptados para ellos dificultando la labor médica

Al escribir en un portal para médicos inmediatamente trató de relacionar toda la información que recibo hacia el sector salud, aún cuando su vínculo no sea tan evidente. Lo anterior me ocurrió la semana pasada mientras leía un artículo titulado “Aerolínea se rinde ante la epidemia de obesidad en Estados Unidos ofreciendo asientos más amplios”, si bien comencé a leerlo por interés particular (no ligado con mi labor como editor en jefe de este sitio), a medida que recorría las líneas del mismo no pude evitar pensar en los médicos y como el mundo se empeña en complicar su labor.

El mencionado artículo (como bien lo indica su título) habla sobre la introducción de un nuevo tipo de aviones al mercado por parte de la marca Bombardier, el cual incluye lo que fue llamado eufemísticamente como “diseño innovador para cuerpos amplios”, es decir, asientos pensados para la gente obesa.

Evidentemente el ofrecer este tipo de asientos dentro de las nuevas aeronaves atiende a las necesidad de ser incluyente con otro tipo de consumidores que no necesariamente cuentan con lo que podría considerarse como un “cuerpo saludable”, lo cual es cada vez más común en establecimientos como cines o teatros, pero que desgraciadamente tiene implicaciones negativas en el mundo de la salud.

Mientras que por un lado se promueve el combate a la obesidad (problema que puede desencadenar en problemas potencialmente fatales como diabetes, enfermedades cardiacas e incluso problemas respiratorios), por el otro nos encontramos con este tipo de acciones que de una u otra forma nos dicen que estar obeso “no es tan malo”.

El principal problema radica en que, al contrario de las marcas de consumo, el mundo médico parece no haberse dado cuenta que el mundo es cada vez más obeso y no cuenta con las herramientas necesarias para atender a este creciente grupo demográfico.

Desde hace mucho tiempo sabemos las implicaciones de salud que tiene para cualquier persona poseer un IMC superior a 25, así como el riesgo que implica contar con un IMC aún más elevado; sin embargo, ¿cuánto del equipo médico necesario para realizar exámenes más complejos está diseñado para personas obesas?

Seguramente a estas alturas del partido ya lo sabes y es probable que en alguna ocasión no hayas podido realizar los exámenes correspondientes a algún paciente. Sólo por poner un ejemplo, la gran mayoría de los equipos para resonancias magnéticas y tomografías tienen un límite de peso de aproximadamente 180 kg, mientras que la mayoría de las mesas para pruebas de estrés de medicina nuclear y caterización cardiaca cuentan con un límite de 140 kg, capacidad insuficiente para muchos pacientes. De hecho en Estados Unidos no es raro que algunos pacientes deban ser llevados a zoológicos para realizar este tipo de pruebas.

Entonces, qué se supone que haga un médico cuando se encuentra ante un paciente al cual no puede analizar debidamente, a quién debe culpar por no poder hacer su trabajo: ¿a la industria médica que no hace equipo adecuado para este tipo de pacientes o a quienes al querer ser incluyentes promueve estilos de vida poco saludables?

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