Desde su aparición en nuestro país en 1997, los consultorios anexos a farmacias han visto un crecimiento exponencial. Se han convertido en un negocio redituable y exitoso, lo cual ha sido propiciado por varias factores. Por eso conviene analizar los motivos que han generado esta situación.
En primera instancia, su precio económico ha sido fundamental para atraer pacientes. En específico, las personas de bajos recursos suelen preferir los consultorios anexos a farmacias. Esto se traduce en que ya ofrecen 35 mil consultas al día más que el propio Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La primera opción en cercanía
Pero otro factor que hoy ya es determinante dentro de los consultorios anexos a farmacias es su alta cobertura. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) presentó un estudio que lo muestra. El trabajo se titula Estudio Diagnóstico del Derecho a la Salud 2018. Ahora los mexicanos tardan, en promedio, 22.8 minutos en llegar a un consultorio anexo a farmacia. A su vez, se requiere de 28.8 minutos para llegar a un centro de salud. Por su parte, se necesitan 53.4 minutos para arribar a un hospital o instituto de salud.
Si bien, en las grandes ciudades existe una amplia oferta, en las zonas rurales no ocurre lo mismo. Al final, la investigación afirma que un motivo del éxito de los consultorios anexos a farmacias es porque son los que están más cercanos a los hogares de los mexicanos.
Lo anterior tiene sentido si se considera que muchos derechohabientes del IMSS e ISSSTE optan por los consultorios anexos. Más allá del aspecto económico, lo hacen para evitar los extensos tiempos de espera de las unidades de salud pública.