La pandemia mundial por COVID-19 ha dejado al descubierto las profundas desigualdades sociales que padece gran parte de la población. El deficiente acceso a servicios de salud, ingresos económicos precarios, inequidad de género y segregación de minorías indígenas, son solo algunos de los males sociales que se han revelado durante el confinamiento.
En este sentido, la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha expresado su preocupación respecto a la precaria situación que enfrenta la región latinoamericana y los grandes retos que suponen la recuperación económica y social post-pandemia.
Pobreza
Según estimaciones formuladas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hasta el 50% de las personas en pobreza multidimensional podrían padecer desnutrición y abandono escolar.
En el peor escenario, las cifras de pobreza pueden volver a las de hace 10 años, lo que significaría un retroceso en el objetivo de desarrollo sostenible y la promesa de “no dejar a nadie atrás” planteado para el 2030.
En este contexto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) Ha publicado un informe en el cual afirma que el covid-19 dejará a 231 millones de latinoamericanos en situación de pobreza y por lo menos 96 millones de personas en pobreza extrema, siendo los países más afectados Argentina, México, Ecuador y Brasil.
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Violencia de género
Las mujeres son el grupo más afectado por esta situación, pues su principal sustento proviene de salarios en trabajos informales, servicios a pequeña escala como peluquerías, ventas de comida, trabajos domésticos, y hotelería; los cuales han prácticamente desaparecido gracias a las medidas de distanciamiento.
A esto se suman, el aumento de las labores domésticas y situaciones de violencia de género, las cuales se han agravado dramáticamente en medio del aislamiento. Un informe del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (CEPAM), para el mes de julio de 2020, recogió que 53% de las encuestadas se sentía insegura en su hogar; y más del 15% de las encuestadas refirió ser atacada sexualmente durante la cuarentena.
Acceso a servicios de salud
La salud es una elección política, por ello la crisis sanitaria en Latinoamérica es producto de un acúmulo de malas decisiones políticas dirigidas desde los gobiernos. Históricamente, los pobres, las minorías étnicas y los residentes de zonas rurales son los últimos en acceder a tratamientos, exámenes de laboratorio y vacunas.
Esta situación no ha hecho más que agravarse en el contexto de la pandemia por covid-19, en la que además millones de personas perdieron sus empleos, viven en condición de hacinamiento y no pueden acceder a los medicamentos o si quiera a una bombona de oxígeno.
Actualmente más de 13 millones de niños menores de un año no reciben vacunas para inmunizarse contra el polio, el sarampión y la influenza, porque no cuentan con los recursos económicos o presentan limitaciones geográficas. Es muy probable, que la vacuna contra el SARS-CoV-2, tampoco llegue a estos grupos poblacionales.
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