A 40 años de iniciar sus funciones, los Hospitales de Traumatología y Ortopedia en Magdalena de las Salinas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) son referente nacional por su labor cotidiana en el cuidado de la salud. Gran parte de su labor es posible gracias a contar con personal altamente capacitado, equipamiento médico e infraestructura para atender emergencias. Aunque otro de sus reconocimientos es que se trata del complejo hospitalario más grande de México y Latinoamérica.
Un ejemplo para todo el país
El 17 de octubre de 1981 fueron inaugurados los hospitales de Traumatología y Ortopedia por el entonces Presidente de la República, José López Portillo. En 1988, por Acuerdo del H. Consejo Técnico del IMSS, se le nombró “Dr. Victorio de la Fuente Narváez”.
Para enero de 2004, se conforma la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) al agregar la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Norte.
Es así que este complejo hospitalario del IMSS por su nivel de especialidad, equipamiento médico, infraestructura y capacidad operativa se ha convertido en un referente nacional en atender situaciones de emergencia.
Esta UMAE del Seguro Social brinda una mejor calidad en su tratamiento al contar con patología neuro-músculo-esquelética, donde se procura la salud, el bienestar y una mejor calidad de vida a los pacientes e integrarlos a sus ámbitos productivos y sociales.
En la Unidad de Quemados ingresan diariamente entre tres a cuatro pacientes, donde se procura que su recuperación sea rápida y sean dados de alta en dos semanas. Mientras que se operan en promedio entre 400 a 450 personas al año para la realización de injertos de piel a consecuencia de quemaduras, siendo generalmente las áreas más afectadas la cara, los miembros torácicos, que van del brazo, antebrazo y manos; el tórax y extremidades inferiores.
Durante sus 40 años de existencia, estas unidades hospitalarias a través de su personal de salud han aportado su experiencia y profesionalismo en atender emergencias como la explosión de San Juan Ixhuatepec en 1984, los sismos de 1985 y 2017, o en incendios como el Bar “Lobohombo” en el 2000.
Tales son los casos de éxito en salvamento de extremidades que permiten la autonomía e independencia del paciente, el manejo ortopédico y traumatológico con artropatía hemofílica, uso de aloinjertos de epidermis humana criopreservados en el tratamiento de personas quemadas, avances en el tratamiento del traumatismo craneofacial, entre otros.
Doctora del IMSS que sufrió amputación de su brazo retoma sus actividades
Existen casos en donde la amputación de una extremidad es vital para preservar la vida del paciente, tal fue el caso de la doctora Cruz Elena Salazar Alarcón, quien el 31 de junio de 2020 fue hospitalizada de emergencia a causa de una infección bacteriana severa en su brazo derecho.
Debido a la gravedad de la enfermedad los medicamentos fueron ineficaces y la vida de la doctora Elena Salazar estuvo en riesgo, por lo cual se tomó la decisión de amputar su miembro para evitar que falleciera.
El doctor Ignacio Bermúdez Soto, ortopedista y traumatólogo de la UMAE “Dr. Victorio de la Fuente Narváez”, informó que una vez realizada la amputación, la recuperación fue inmediata y ahora su colega trabaja con una prótesis que le ayuda en sus actividades diarias.
A su vez, la doctora Cruz Elena Salazar Alarcón, quien labora en la UMAE Hospital de Gineco Obstetricia No. 3 del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, comentó que como cirujana su labor dependía de sus manos; sin embargo, cada vez que salía de quirófano no aguantaba el dolor y su vida se deterioraba.
Señaló que los médicos intentaron salvar su brazo, pero diversas complicaciones determinaron la amputación de su extremidad, y aunque a nivel personal vivió momentos devastadores siempre estuvo alguna enfermera o médico apoyándola.