El lado oscuro del ámbito médico. La medicina, una disciplina fundada en principios de empatía, respeto y cuidado, se encuentra hoy bajo una sombra perturbadora: el acoso sexual en el entorno laboral. Con base en el informe reciente titulado “Acoso sexual en el ámbito médico: México 2024”, publicado por Medscape, un alarmante 80% de los médicos encuestados reportó haber sido víctima de acoso sexual. Este dato, lejos de ser una mera estadística, representa una urgente llamada de atención para toda la sociedad.
Dicho informe expone cómo el acoso sexual en la profesión médica adopta diversas formas, desde comentarios de carácter sexual (64%) hasta contacto físico no deseado (49%) y persistentes propuestas de citas (46%). Aún más alarmantes son los casos de violación o contacto sexual forzado, que constituyen el 4% de los incidentes reportados. Este panorama no solo evidencia la vulnerabilidad de las víctimas, sino también la ineficacia de las medidas preventivas y punitivas.
Un aspecto particularmente preocupante es la dinámica de poder involucrada en estos casos. Según el reporte, el 74% de los agresores son hombres, donde los cirujanos generales lideran la lista de especialidades con más denuncias (13%). Esto sugiere que el problema está profundamente enraizado en las estructuras jerárquicas y culturales del ámbito médico, donde la autoridad puede ser utilizada como herramienta de abuso.
Sin duda, el impacto del acoso sexual va más allá del daño emocional y psicológico. Las víctimas también enfrentan un deterioro en su desempeño profesional y, por ende, en la calidad del cuidado que brindan a sus pacientes. Además, el 60% de las víctimas no denuncia por miedo a represalias, falta de confidencialidad o la creencia de que no se tomarán acciones. De quienes sí denuncian, el 37% afirma que las autoridades no actuaron, perpetuando un ciclo de impunidad.
Dar visibilidad al problema es solo el primer paso. Por ello, es indispensable implementar políticas efectivas que incluyan capacitación en igualdad de género, mecanismos confiables de denuncia y vigilancia constante en las instituciones médicas. Estas medidas deben ser prioritarias para proteger a las víctimas y sancionar a los agresores.
Por si fuera poco, el informe también señala un fenómeno menos discutido: el acoso por parte de los pacientes. Aunque menos frecuente, este tipo de abuso también pone en evidencia la necesidad de abordar el problema desde un enfoque integral, que contemple tanto la protección de los profesionales como el fortalecimiento de una cultura de respeto mutuo.
Empero, el acoso sexual en la medicina no es un problema aislado, es un reflejo de una sociedad que todavía tolera, en distintos grados, la violencia de género. Mientras esta realidad no sea enfrentada con firmeza, el sistema de salud seguirá siendo cómplice de un entorno laboral dañino, tanto para los médicos como para sus pacientes.
Dado lo anterior, es hora de exigir un cambio estructural. Las instituciones médicas, las autoridades y la sociedad en su conjunto deben actuar con la urgencia que esta situación demanda. La confianza en el sistema de salud y el bienestar de quienes dedican su vida a cuidar de los demás están en juego. El momento de actuar es ahora.
El Botiquín
En estos inicios del 2025, cuando muchos se ponen como meta bajar de peso, es urgente que los médicos, sobre todo los de primer contacto, estén actualizados en lo que respecta a los nuevos enfoques para tratar el sobrepeso y la obesidad, como la que propone la Comisión de Obesidad Clínica de Lancet, como una “enfermedad crónica y sistémica”. Al respecto, el doctor Ricardo Luna, fundador y presidente honorario de la Sociedad Mexicana de Obesidad (SMO), resalta que México ocupa un lugar destacado entre los países con mayores índices de obesidad infantil en el mundo, mientras que en la población adulta la prevalencia de esta condición también es muy alta. Según sus palabras, “la obesidad, al igual que cualquier otra enfermedad, demanda herramientas que posibiliten a los especialistas en salud llevar a cabo diagnósticos más detallados y personalizados”.
Jorge Arturo Castillo es licenciado en Ciencias de la Comunicación (CC) y maestro en Relaciones Internacionales (RI) por la FCPyS de la UNAM. Es socio director de Comunicación CM, desde donde edita medios especializados en las industrias farmacéutica, salud, energía y tecnología. Es profesor de periodismo de la carrera de CC, en la UNAM, desde hace más de 27 años. Es generador de contenidos y ha desempeñado diversos cargos periodísticos en los principales medios de comunicación en México, así como algunos internacionales.
