El Dr. Tedros A. Ghebreyesus, director general de la OMS, comparte su visión global en materia de salud, en la cual señala que, “con el desarrollo sostenible se ofrece una oportunidad única para poder abordar los determinantes sociales, económicos y políticos de la salud”, y, a través de éstos, lograr el bienestar de todas las personas en el mundo, …”por lo que nadie debería de elegir entre comprar medicamentos o comprar alimentos”.
Es así como la agenda de Salud Sostenible para las Américas 2018-2030 en su capítulo (CSP29/6) establece en su objetivo número siete, la importancia de “desarrollar capacidades para la generación, la transferencia y el uso de la evidencia y el conocimiento en materia de salud, promoviendo la investigación, la innovación y el uso de tecnología”.
Bajo dicha premisa, podemos decir que en nuestro país, al menos en lo que respecta a la inversión en capital humano y tecnología, estamos aún faltos de parámetros definidos que nos permitan discernir y clasificar los avances de manera clara y totalmente transparente; sin embargo, día a día se trabaja para poder mantener una estadística cada vez más fidedigna. Asimismo, vale la pena sañalar que las diferentes instituciones de salud cuentan con sus propios registros para poder trazar un avance epidemiológico en cuanto a ciertas enfermedades, y de esta manera, vislumbrar un panorama con áreas de oportunidad y qué finalmente logren subsanar las deficiencias.
En este sentido, se debe abordar el tema de la inversión en capital humano, la cual debe contribuir al mejoramiento de dichas áreas, pues aún cuando las estadísticas actuales demuestran una sobrepoblación en especialidades que no contribuyen mucho al restablecimiento de la salud, también es cierto que muchas casas universitarias (observando esta tendencia) han comenzado a apostar por el desarrollo de nuevas especialidades, subespecialidades y/o altas especialidades que van de la mano con las necesidades políticas, sociales, biológicas y económicas, y cuyo objetivo principal es contribuir, dentro de una perspectiva actual, para subsanar estos espacios que han quedado descubiertos, y que poco a poco van ocupándose.
Los avances han sido paulatinos, sin que exista todavía algún estudio que demuestre el comportamiento socio-médico y que permita tener una idea más clara sobre los aspectos que se requiere cubrir en este momento. De contar con una herramienta semejante sería posible obtener el apoyo, infraestructura y espacio necesario para la práctica profesional reconocida, que valide y retribuya socialmente con un acceso eficaz y eficiente a la población que todavía no cuenta con la asistencia médica necesaria.