Aunque la lista de inmunizaciones contra la Covid-19 cada vez es más extensa la primera en ser aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue la vacuna de Pfizer. Desde diciembre del año pasado ha sido aplicada en más de medio centenar de países. Su principal característica es que tiene una eficacia del 95 por ciento contra la enfermedad y aumenta al 100 por ciento con respecto a evitar hospitalizaciones. Aunque para conseguirlo es necesario recibir dos dosis con una separación promedio de 21 días.
Con respecto al punto anterior, recién la farmacéutica dio a conocer un cambio importante. De acuerdo con el cofundador de le empresa, Ugur Sahin, se ha reconocido por primera vez que no son suficientes dos dosis sino que se necesitan tres para que exista una máxima protección contra la Covid-19.
A partir de las investigaciones llevadas a cabo se ha comprobado que una tercera dosis se debe aplicar entre nueve y 12 meses después de la segunda. Con esto se garantiza una adecuada inmunidad a largo plazo que tendría una duración mínima de un año.
Reacciones inmediatas que provoca la vacuna
Por otra parte, un tema que se ha mantenido pendiente es el relacionado con los posibles efectos secundarios de la vacuna de Pfizer. Hasta ahora se ha señalado que gran parte de quienes reciben la inmunización experimentan alguna de las siguientes molestias pero ninguna es de gravedad.
- Fatiga.
- Dolor de cabeza.
- Dolor muscular.
- Resfriado.
- Dolor en las articulaciones.
- Fiebre.
- Diarrea.
- Vómitos.
Ahora bien, a raíz de lo que ha ocurrido con otros biológicos como los de AstraZeneca y Johnson & Johnson el Comité de Seguridad de Farmacovigilancia (PRAC) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha iniciado una nueva investigación. El objetivo es determinar los riesgos a los que se enfrentan quienes reciban la inoculación.
Nuevos efectos secundarios detectados
En ese sentido, como lo reporta El Heraldo, dentro de los resultados preliminares se ha reconocido que la vacuna de Pfizer puede provocar hinchazón facial, trombos, Síndrome de Guillain-Barré (GBS) y miocarditis. De todas las molestias existen casos documentados alrededor del mundo aunque son mínimos. Lo único que falta por comprobar es si realmente existe una asociación directa entre la vacuna y los efectos descritos.
Aunque ahora se está a la espera de obtener más datos la EMA ha dejado en claro que de cualquier forma los beneficios son mayores a los posibles riesgos. Por lo tanto su determinación es continuar con las campañas de aplicación de la vacuna de Pfizer de manera convencional.