El ejercicio físico inicia como parte de la vida humana y porque no con el hombre mismo de manera innata, debido a que la función de los músculos es el movimiento. Desde la antigüedad surge como un método necesario para la guerra; los persas desde hace siglos entrenaban físicamente a los niños desde los seis años para convertirlos en soldados infalibles.
En China antigua, se constituían estos como los movimientos de caza y defensa de las sociedades primitivas. Para los griegos, el ejercicio físico buscaba el desarrollo de un cuerpo hermoso que pudiera alojar una mente hermosa.
El gimnasio era un lugar que buscaba instruir física y espiritualmente a los jóvenes, quienes se entrenaban para competir en pruebas atléticas. En el Renacimiento el ejercicio físico volvió a ser de interés para intelectuales, científicos y médicos. Éste era necesario para lograr la educación integral de los jóvenes permitiendo la creación de las cátedras de educación física, impulsado principalmente por el médico e intelectual italiano Mercurialis.[1]
Hoy todos estamos informados sobre los beneficios del ejercicio, independiente de la edad, el sexo o la capacidad física, desde un plano medicinal sabemos que:
Ayuda a controlar el peso; significa estar más activo a lo largo del día: subir escaleras en lugar de usar el ascensor o acelerar el ritmo de tus tareas domésticas. Elimina grasas y previene la obesidad. Aumenta el colesterol con lipoproteína de alta densidad (HDL), reduciendo los triglicéridos poco saludables. Esta fórmula instantánea mejora la circulación, lo cual reduce el riesgo de ciertas afectaciones como enfermedades cardiovasculares, accidente cerebrovascular, síndrome metabólico, presión arterial alta, diabetes de tipo 2, depresión, ansiedad, muchos tipos de cáncer, artritis, caídas.
El ejercicio suministra oxígeno y nutrientes a los tejidos ayudando a que el sistema cardiovascular funcione de manera más eficiente y con más energía para hacer tareas diarias.
La actividad física desarrollada regularmente, estimula varias sustancias químicas cerebrales que pueden hacer que te sientas más feliz, más relajado y menos ansioso, permitiendo aumentar la confianza y autoestima. Tiene efectos tranquilizantes y antidepresivos.
De forma regular, ayuda a combatir el insomnio; éste puede ayudarte a quedarte dormido más rápido, a dormir mejor y más profundamente. Se debe tener presente no hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarte, porque tendrás demasiada energía para irte a dormir. También incide en mejorar la excitación sexual para las mujeres. Y los hombres que hacen ejercicio regularmente son menos propensos a tener problemas con la disfunción eréctil que los hombres que no hacen ejercicio. Mejora la amplitud respiratoria y la eficacia de los músculos respiratorios.
El ejercicio y la actividad física son excelentes formas de sentirse mejor, mejorar la salud y divertirse. Siempre se debe consultar al médico antes de comenzar un programa de ejercicios, para conocer el estado físico sino has hecho ejercicio durante mucho tiempo o tienes problemas de salud crónicos, como enfermedades cardíacas, diabetes o artritis.
A nivel socio afectivo; Estimula la participación e iniciativa, estimula el afán de trabajo en grupo, canaliza la agresividad, favorece el autocontrol, enseña a aceptar y superar las derrotas, asumir responsabilidades y a aceptar las normas, favorece y mejora la autoestima, mejora la imagen corporal.
AMEDCO, La Asociación de Medicina del Deporte de Colombia invita a trabajar en diferentes escenarios para combatir la inactividad física, promovidos a nivel gubernamental, educativo y entidades prestadoras de salud. [1] (Gloria Susana Esquivel , 2019)
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