Dentro de los diversos problemas de salud que enfrenta actualmente Estados Unidos, uno de los más graves es el aumento desmedido en el consumo de opioides, situación que tan sólo durante el año pasado provocó más de 60 mil fallecimientos y coloca a la nación norteamericana en el primer lugar de los países que más muertes registran por este motivo.
Fue por lo anterior que desde inicios de año el gobierno implementó un nuevo programa que tiene por objetivo analizar las prescripciones de opioides emitidas por médicos y farmacias para así poder detectar cualquier iregularidad y poder combatir con mayor efectividad el mercado negro que, en buena medida, ha sido culpable de esta crisis de salud.
Por lo pronto, la Administración para el Control de Drogas (DEA) dio a conocer que una investigación de 45 días que analizó más de 80 millones de informes de transacciones de fabricantes y distribuidores registrados provocó la detención de 28 personas por prescribir y distribuir ilegalmente opioides.
De esta forma, la DEA reiteró que se continuará con los trabajos de investigación para ayudar a combatir este problema de salud que afecta a personas de todos los estratos y niveles y actualmente ha provocado que 3 millones de estadounidenses se vuelvan adictos a los opioides.
Por otra parte, el problema de opioides en Estados Unidos ha sido tan grave que en octubre del año pasado Donald Trump tuvo que recurrir a declarar una emergencia nacional de salud, lo que a su vez se traduce en que estadísticas muestran que el país consume el 85 por ciento de los opioides de todo el mundo.