Por desgracia, los cambios de gobierno en nuestro país no son del todo alentadores porque en diversas ocasiones se ha mostrado la falta de compromiso de las autoridades salientes, quienes hacen un uso indiscriminado de los recursos a su alcance sin pensar en las consecuencias a largo plazo, lo que suele provocar daños a largo plazo que se transmiten de administración en administración.
Como muestra de lo mencionado, hace unos días durante el Primer Informe de Gobierno de Alfredo del Mazo Maza al frente del gobierno del Estado de México, se dio a conocer la grave situación financiera por la que atraviesa la entidad, en especial un aspecto que es tan necesario como la salud.
Dentro de lo más preocupante, Gabriel O’Shea Cuevas, titular del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), expuso que se arrastra una deuda de 9 mil millones de pesos heredada de la administración de Eruviel Ávila, lo que ha provocado que actualmente los hospitales presenten un abastecimiento de medicamentos de apenas el 25 por ciento.
Al inicio de la actual administración se registraba un abasto general de medicamentos y material de curación de 25 por ciento en las unidades médicas del Instituto de Salud del Estado de México, siendo la principal causa los adeudos que se tienen con los proveedores.
Así mismo, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó la existencia de 3 mil 500 plazas que se trataban de empleos “fantasmas”, los cuales generaban un gasto promedio de 80 millones de pesos anuales, cifra que ahora será invertida en la adquisición de insumos y contratación de médicos para la entidad.