Un hospital de campaña ruso fue blanco de un ataque de proyectiles lanzado por fuerzas rebeldes en Alepo, Siria.
Tras la embestida, el Ministerio de Defensa ruso dio a conocer que dos médicos militares rusas fallecieron. “Una de ellas murió en el acto y la otra doctora falleció horas después a consecuencia de las heridas provocadas por el impacto directo de proyectiles en la sección de admisión del hospital”.
El gobierno ruso condenó el suceso a través de su Cancillería y que espera que los responsables del ataque al hospital de Alepo “tengan el castigo merecido, no sólo los ejecutores de este crimen, sino también los que lo ordenaron”.
María Zajárova, la portavoz de la Cancillería rusa expresó las condolencia del gobierno ruso a los familiares de las personas que fallecieron y resultaron heridas en el ataque. La funcionaria destacó que las doctoras que murieron fueron enviadas a la ciudad de Alepo a finales de noviembre pasado para prestar ayuda a la población afectada por el conflicto armado.
En tanto, el general Igor Konashenkov, portavoz militar ruso, aseguró que el ataque con artillería “sin ninguna duda fue obra de la oposición armada siria”. Añadió que durante el ataque otro médico también fue herido y su salud se encuentra en estado crítico. “Ahora los médicos luchan por la vida de su colega gravemente herido”, señaló.
Exigimos que toda la comunidad internacional y también el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Médicos sin Fronteras y otras organizaciones condenen el asesinato de los médicos militares que cumplían con su deber al atender a los civiles en Alepo”, dijo Konashenkov.
Rusia aseveró que Estados Unidos, Reino Unido, Francia y otros países que simpatizan con las fuerzas opositoras “tienen las manos manchadas de sangre”.