Investigadores del Massachusets Institute of Technology (MIT) y del Hospital General de Massachusets (MGH), en Estados Unidos, están efectuando pruebas en modelos animales con un sensor que ayudaría a los anestesiólogos a insertar con mayor precisión la aguja cuando se requiere anestesia epidural.
Luego de realizar varias pruebas apoyándose en la técnica de espectroscopia Raman, los investigadores comprobaron que éste método ayuda a distinguir con exactitud cada una de las ocho capas de tejido que rodean el espacio epidural a fin de colocar la aguja.
Dado que con la espectroscopia Raman es posible determinar los cambios de energía que se producen en las vibraciones musculares mediante luz, se pueden medir las concentraciones de albúmina, actina, colágeno, trioleína y fosfatidilcolina y así “identificar todas las capas de los tejidos, desde la piel hasta la médula espinal”, explicó Jeon Woong Kang, investigador del MIT.
Aunque los profesionales de la salud conocen muchos detalles sobre el espacio epidural, existen complicaciones en el 10 por ciento de los casos, ya que las agujas suelen insertarse “demasiado o se colocan en una posición equivocada”, es como colocar la aguja “a ciegas”, aseguró el anestesiólogo T. Anthony Anderson del MGH.
El prototipo del sensor mide 2 milímetros y se colocaría en las agujas epidurales. Éste ha sido probado en cerdos y otros animales, pero antes de usarlo en seres humanos sus creadores lo reducirán a 0,5 milímetros, pues por ahora es “demasiado grande” y aún están buscan apoyo de la empresa Medisight Corporation para dar el siguiente paso.
Aunque dicha tecnología busca mejorar la seguridad en anestesia epidural, se espera que en un futuro ayude a realizar biopsias o a aplicar medicinas en articulaciones.
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