Desde hace varios años las enfermedades cardiacas han logrado posicionarse como la principal causa de muerte en México. En este sentido, cada año los ataques cardiacos son responsables del fallecimiento de entre 33 mil y 150 mil personas. Si bien existen diversos tratamientos y terapias que reducen el riesgo de desarrollar este tipo de padecimientos, el objetivo de pocos de éstos es la microbiota intestinal.
Con relación a lo anterior, un grupo de investigadores de Cleveland Clinic publicaron en Nature Medicine los resultados de unas pruebas de laboratorio enfocadas en el N-óxido de trimetilamina (TMAO), un subproducto de las bacterias intestinales capaz de aumentar la posibilidad que los pacientes padezcan de formación excesiva de coágulos y una superior respuesta plaquetaria, factores de riesgo para los ataques cardiacos.
Stanley Hazen, miembro del Departamento de Medicina Celular y Molecular de la Cleveland Clinic y líder del estudio, afirma que ya se había comprobado que altos niveles de TMAO estaban relacionados con la incidencia de ataques cardiacos. De acuerdo con el experto, esta sustancia la genera la microbiota intestinal al ingerir colina, lechitina y carnitina.
El fármaco desarrollado por el equipo de Hazen introduce inhibidores al ecosistema bacteriano del intestino, lo que interrumpe la producción de TMAO y reduce el riesgo de ataques cardiacos:
Debido a que estos fármacos son estructuralmente similares a la colina, las células son engañadas para tomarlas como nutrientes. Una vez transportados al microbio, los inhibidores bloquean la producción de TMAO mediante la desactivación de una enzima específica de los microbios intestinales, la proteína de utilización de colina C (cutC, por sus siglas en inglés).
Las pruebas con ratones demostraron que con una dosis oral única los efectos inhibidores del fármaco en la producción de TMAO se preservaron hasta por tres días. La ingesta del medicamento apenas provocó absorción por parte del cuerpo, lo que permitió la permanencia de una dosis más significativa en el intestino.
Otro de los logros de esta investigación, de acuerdo a sus mismos autores, es que probablemente este tratamiento no genere efectos secundarios ni resistencia microbiana. Como el medicamento previene ataques cardiacos al modificar el comportamiento de las bacterias, sin matarlas, se espera que represente un nuevo estándar para la industria farmacéutica.