Para poder llegar hasta donde hoy te encuentras fue necesaria una ardua y extensa preparación. Pero no importa si tienes décadas de experiencia profesional o apenas egresaste de la facultad porque siempre hay riesgos que se pueden presentar. Dentro de la lista se encuentra el error médico y aunque nadie lo desea es una realidad que en cualquier momento puede ocurrir. Por eso también es importante conocer cómo se clasifica según la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) y la forma en que se puede actuar si se presenta.
Trabajo dentro del consultorio
Aunque no se trata de una justificación, las condiciones en las que labora el personal sanitario en nuestro país no son las adecuadas. En primera instancia prevalece un déficit de al menos 100 mil médicos. Por lo mismo, los existentes deben redoblar esfuerzos para atender a la mayor cantidad posible de pacientes. La consecuencia de tanto esfuerzo es que al final terminan exhaustos y cuando eso sucede aumentan las probabilidades a las equivocaciones.
Por su parte, cuando ocurre cualquier situación adversa los pacientes suelen culpar de inmediato a la persona que tienen enfrente. Aunque en ocasiones sí es responsable el médico, en especial cuando comete una mala praxis, siempre es necesario realizar una investigación a fondo porque hay muchos factores que intervienen y es necesario contemplar. Jamás se puede caer en los prejuicios.
Ahora bien, el error médico se clasifica en dos grandes rubros según la Conamed. Se trata del excusable y el inexcusable. Aunque suenan muy parecidos en realidad son bastante diferentes entre sí. Inclusive las consecuencias legales varían entre cada uno.
Definición de cada uno
Se denomina error excusable cuando a pesar de que el personal médico aplica los conocimientos, habilidades y destrezas con diligencia, compartiendo con el paciente la información pertinente, tomando en cuenta los valores, la creencia y actuando con responsabilidad y prudencia, se presenta un diagnóstico erróneo que NO reviste la gravedad de la negligencia médica. Ejemplo: Cuando por una interpretación incompleta de los datos no se llega al diagnóstico o este se da en forma equivocada. Lo ejemplifican los diagnósticos en fase sintomática o subclínica, casos en los cuales no implican responsabilidad.
Por otra parte, el error es inexcusable cuando la conducta clínica frente a un paciente no sigue las normas o pautas que señala la Lex Artis médica, sin seguimiento a la diligencia o con actuación de impericia e imprudencia. Cuando el error se debe a la no disposición y buen funcionamiento de instrumentos, bienes inmuebles o medidas de seguridad de las instalaciones físicas de la unidad hospitalaria, la responsabilidad recae en la institución.
Finalmente la Conamed señala que un error médico es entonces una acción equivocada que puede surgir en forma accidental en un contexto de apego a las buenas prácticas médicas (Lex Artis), o bien, ser resultado de un mal juicio, ignorancia o falta de experiencia (Mal Praxis). Dependiendo de dicho contexto y de la evaluación que se realice sobre el acto médico en cuestión, los errores serán calificados como excusables o inexcusables.