Día de Acción por la Salud de las Mujeres: Principales objetivos a futuro

El avance de la tecnología ha permitido prevenir millones de muertes de mujeres aunque todavía faltan algunos objetivos por cumplir.

Fue en 1987 cuando las integrantes de la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos acordaron declarar el 28 de mayo como el Día Mundial de Acción por la Salud de las Mujeres. Desde entonces se conmemora cada año con el propósito de reafirmar el derecho a la salud y garantizar que todas las mujeres puedan acceder sin restricciones o exclusiones de ningún tipo, y a través de todo su ciclo de vida.

Con lo anterior en mente, vale la pena destacar dos innovaciones médicas de las últimas décadas que han permitido mejorar la salud de las mujeres y prevenir millones de muertes.

Evitar hemorragias

En 2016, del total de muertes maternas registradas en México, el 15.6% se debió a hemorragia del embarazo, parto y puerperio, según datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

La oxitocina ha sido durante mucho tiempo el estándar de oro para tratarla. Sin embargo, en 1997 las agencias reguladoras del Reino Unido y Canadá aprobaron la carbetocina como una alternativa a la oxitocina. Actualmente está autorizada en 80 países.

La carbetocina es un análogo de la oxitocina, y también tiene una acción contráctil. Cuando se administra vía intramuscular o intravenosa activa el mismo receptor de la oxitocina, que hace que el útero se contraiga y así evita la pérdida sanguínea. También aumenta la viscosidad de la sangre y con ello disminuye aún más el sangrado.

Anticonceptivos

La primera píldora anticonceptiva salió a la venta hace 60 años, y aunque sigue siendo muy popular, actualmente convive con métodos variados, desde el parche hasta el dispositivo intrauterino, más fáciles de usar, con menos efectos secundarios y que se pueden usar por tiempo prolongado.

La innovación biofarmacéutica ha desarrollado métodos a largo plazo, que se emplean cuando una mujer no quiere embarazarse durante 12 meses o más. Se pueden usar hasta por cinco años sin cambiarlos, y después se pueden hacer cambios según las necesidades de las mujeres.

Lo anterior permite que mujeres jóvenes estén protegidas durante un plazo amplio y tengan la oportunidad de planear una carrera y de cambiar su vida.

La salud reproductiva, materna, neonatal e infantil es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia 2030.

Otros objetivos para mejorar la salud de las mujeres

Algunas de las metas en esa materia son reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100,000 nacidos vivos, y poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la mortalidad neonatal al menos hasta 12 por cada 1,000 nacidos vivos, y la mortalidad de menores de 5 años al menos hasta 25 por cada 1,000 nacidos vivos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El acelerado progreso en estas áreas de la salud en los últimos 30 años ha reducido significativamente la mortalidad, situación que no se puede explicar sin las aportaciones de la investigación biofarmacéutica.

En países de ingresos altos, la mortalidad materna se ha reducido a más de la mitad, aunque la disminución ha sido menor en las naciones de ingresos bajos y medianos, en tanto, las muertes de menores de cinco años en el mundo bajaron casi a la mitad, al pasar de 12.2 millones en 1990 a 6.3 millones en 2013.

Además, avances en el desarrollo de inmunizaciones, la amplia adopción de anticonceptivos y la disponibilidad de medicamentos como la oxitocina o la carbetocina termoestable, han contribuido a mejorar la curva de morbilidad y mortalidad.

Estos progresos se han registrado en un contexto más amplio de aumento de las riquezas nacionales, sistemas de salud más fortalecidos, agendas políticas alineadas y sistemas de promoción de la salud.