La industria de los suplementos alimenticios, en estimaciones de Grand View Research, alcanzará un valor de 278 mil 20 millones de dólares para el año 2024. Esto significa que muchas personas, en todo el mundo, consumen estos productos de forma constante. Lo anterior podría significar un considerable riesgo para la salud de millones de pacientes.
Un estudio, publicado en la revista JAMA Network Open por expertos de la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), asegura que cerca de 800 suplementos alimenticios contenían en su composición ingredientes no aprobados por la autoridad sanitaria. Todos los productos analizados fueron comercializados entre 2007 y 2016.
Madhur Kumar, miembro del Departamento de Salud Pública de California de la FDA e investigador líder en el estudio, afirmó que hasta uno de cada cinco de los suplementos alimenticios examinados contenían más de un ingrediente no autorizado. Aseguró que este descubrimiento podría poner en significativo riesgo al público consumidor de estos productos.
Estos productos tienen el potencial de causar severos efectos adversos de salud gracias a un mal uso, sobredosis o interacción negativa con otros medicamentos, condiciones clínicas subyacentes, o al combinarlos con otros suplementos accidentalmente. [Bajo estas circunstancias, estos fármacos] son prácticamente drogas ilegales.
No todas las categorías de suplementos alimenticios estuvieron contaminadas por igual. Aquellos fármacos comercializados como soluciones para aumentar la potencia sexual contuvieron ingredientes no-aprobados en un 45 por ciento de las veces, seguidos muy de cerca por los de pérdida de peso (cuatro de cada diez) y para acelerar la creación de músculo (una décima parte)
Por otro lado, el contaminante más común que fue detectado por los investigadores fue la sibutramina, que desde 2010 ya no se comercializa en Estados Unidos debido a que incrementa el riesgo a enfermedades cardiovasculares. En segundo lugar, se encontró el laxante fenolftaleína. Los antihistamínicos y antidepresivos también estuvieron entre los más recurrentes.