Recientemente investigadores de Gotemburgo y la Universidad de Colorado encontraron una estructura de poca profundidad que anteriormente había pasado desapercibida en el extremo de la cola del espermatozoide.  Aunque aún no saben bien cuál es su función, los expertos creen que podría ayudar a entender cómo es que algunos espermatozoides son más fuertes que otros.

El descubrimiento surgió cuando los especialistas investigaban a fondo cómo es el esperma humano en 3D para tener una mejor idea de cómo funcionan las células espermáticas. Utilizando un método de tomografia crioelectónica ganadora del Premio Nobel, pudieron producir imágenes tridimensionales de las estructuras celulares extremadamente pequeñas.

Cuando miramos las primeras imágenes en 3D de la sección final de una cola de esperma, descubrimos algo que nunca antes habíamos visto dentro de los microtúbulos: una espiral  que era aproximadamente una décima parte de la longitud de la esperma.

Como seguramente sabes, la cola del espermatozoide tiene alrededor de mil tipos de bloques de construcción que forman tres secciones: la pieza intermedia, la hélice y una terminal en la punta. En dicha hélice se encuentran las proteínas tubulinas, las cuales crean el movimiento que los espermatozoides necesitan para “nadar” a través de su entorno.

Dentro de los microtúbulos ubicados en las proteínas es donde los investigadores detectaron una estructura celular a la que llamaron ‘Tail Axoneme Intra-Lumenal Spiral’.

Creemos que esta espiral puede actuar como un corcho dentro de los microtúbulos, evitando que crezcan y se encojan como lo harían normalmente, y permitiendo que la energía del esperma se concentre completamente en nadar rápidamente hacia el huevo”, señaló Davide Zabeo, el autor principal detrás del descubrimiento, en una declaración .

Aunado al tema de los espermatozoides, hace unos días una investigación realizada en ratones encontró que el estrés afecta al esperma del padre y puede alterar el desarrollo cerebral del niño.

En el pasado ya varios trabajos habían demostrado que el entorno de la madre durante el embarazo, incluidos factores como la mala alimentación, el estrés o infección, pueden causar daños que afectan negativamente a su descendencia, sin embargo ninguno se había enfocado en los varones.

El trabajo -el cual aún no ha sido publicado- se presentó en una sesión especial y conferencia de prensa en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), celebrada en Austin, Texas, Estados Unidos el pasado viernes.