Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, Parkinson o esclerosis múltiple podrían afectar a más de 103 millones de personas en todo el mundo para 2030.
Al respecto, un estudio del Centro de Inmunología Cerebral y Glia de la Universidad de Virginia, publicado en la revista Nature, descubrió a través de experimentación con ratones la relación que existe entre las funciones de los vasos linfáticos cerebrales y la incidencia de enfermedades neurodegenerativas. En particular, encontraron que el mal funcionamiento de estos órganos afecta los sistemas de deshecho de residuos del Sistema Nervioso Central (SNC) y podría provocar deterioro cognitivo.
El Dr. Jonathan Kipnis, líder de la investigación y miembro senior del equipo responsable de descubrir los vasos linfáticos cerebrales en 2015, afirmó que estos órganos se pueden estimular para mejorar su función de procesamiento de residuos, así como para mejorar la capacidad de los individuos de aprender y memorizar conceptos a pesar de los procesos de envejecimiento naturales.
Durante las sesiones experimentales, los científicos consiguieron desarrollar un tratamiento que mejoró el flujo de residuos desde el cerebro a través de los nodos linfáticos de los ratones. Esto permitió reducir la acumulación de plaquetas amiloides en el cerebro, un fenómeno relacionado con la incidencia de Alzheimer.
Kipnis afirmó que los resultados del estudio podrían resultar en el desarrollo de tratamientos clínicos válidos para humanos debido a las similitudes entre los síntomas de los ratones y de los pacientes de Alzheimer (u otras enfermedades neurodegenerativas):
Fue realmente interesante que, conforme empeoraba la patología [de los ratones], veíamos elementos muy similares a los que observamos en muestras de pacientes humanos, en términos de la acumulación de proteínas amiloides en el cerebro y las meninges. Al deteriorar la función linfática, hicimos el modelo de los roedores más similar a la patología presente en personas.
De acuerdo con el equipo de investigadores, el tratamiento más efectivo que pudiera surgir para tratar Alzheimer y otras patologías con este descubrimiento sería combinar una reparación vascular con otros acercamientos. Sin embargo, han teorizado que mejorar el flujo de eliminación de desechos en el cerebro sería suficiente como para retrasar los efectos de las enfermedades neurodegenerativas más allá de la expectativa de vida.