A finales de 2017, se estimaba que en México más de una cuarta parte de la población (28.6 por ciento) entre 18 y 65 años habían experimentado, al menos una vez en su vida, algún trastorno mental. Aunque los trastornos graves, como bipolaridad, autismo, esquizofrenia y demencia, son relativamente poco frecuentes de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas enfermedades que afectan las funciones cerebrales son un problema de salud pública.
Con lo anterior en mente, un grupo de investigadores chinos podría estar a punto de desarrollar un dispositivo que, sin ser invasivo, pueda mejorar las funciones cerebrales de este tipo de pacientes. Según información dada a conocer por la agencia de noticias Xinhua, miembros del Instituto de Tecnología Avanzada de Shenzen (SIAT) están diseñando un casco capaz de potenciar la capacidad del cerebro.
De acuerdo con Wei Pengfei, investigador del SIAT y miembro del proyecto, este casco podría aumentar las funciones cerebrales de pacientes con Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), depresión, afasia, Alzheimer y Parkinson para ayudarles a aumentar su memoria y habilidades mentales, así como aliviar la ansiedad provocada por la tensión.
La tecnología del casco utiliza sensores de electrodos flexibles para identificar las ondas emitidas al realizar diferentes tareas y posteriormente libera ligeras pulsaciones eléctricas para regular el estado activo de las neuronas. Con este sistema, las funciones cerebrales de los pacientes pueden regularse y estimularse sin utilizar procedimientos invasivos.
El casco además posee un algoritmo de inteligencia artificial que le permite leer la actividad de las funciones cerebrales de los pacientes en tiempo real, así como calcular exactamente qué parámetros de estimulación son necesarios para conseguir una regulación controlada y personalizada.
De acuerdo con Pengfei, se han realizado algunas pruebas en animales con resultados interesantes:
A través de experimentos con animales, hemos analizado áreas cerebrales específicas relacionadas con la cognición de la atención, la regulación emocional, la ansiedad, la adicción a las drogas, el estrés y la epilepsia. Esperamos poder intervenir en estas áreas de manera efectiva.
Por otro lado, los experimentos con humanos han probado que las funciones cerebrales de la memoria a corto plazo mejoran con la utilización del casco. En el futuro próximo, se espera realizar pruebas clínicas con pacientes mentales y desarrollar una segunda generación del dispositivo capaz de lograr una estimulación del cerebro profundo.