- Aunque el Insabi nació en el 2019 para sustituir al Seguro Popular, al final nunca logró cumplir sus objetivos.
- Mientras en el 2018 había 16.2 millones de mexicanos que carecían de servicios básicos de salud, para el 2020 la cifra aumentó a 28.2 millones de individuos.
- La desaparición del Insabi se genera en el momento en el que se promete que “México aspira a tener un sistema de salud igual o mejor que el de Dinamarca”.
Para algunos es una sorpresa y para otros parece una noticia evidente pero la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) cada vez luce más cercana. El punto final fue dado por diputados de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) al presentar una propuesta para que todos sus recursos sean transferidos al IMSS-Bienestar. Ahora lo más importante es determinar si esta decisión es la más adecuada.
Aunque todavía no es un hecho definitivo, todo parece indicar que es cuestión de días para que esta acción se concrete. Al respecto, muchas voces se han pronunciado, entre ellas la del secretario de Gobernación (Segob), Adán Augusto López Hernández. En su caso, manifestó que es lo mejor porque fortalecerá el nuevo sistema de salud que se espera alcanzar.
Historia de una muerte anunciada
Todo se generó desde el comienzo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Una de sus primeras promesas fue que eliminaría al Seguro Popular porque ni era seguro ni era popular.
Por tal motivo, en el 2019 se dio a conocer la desaparición del Seguro Popular y su lugar fue tomado por el Insabi. El objetivo siempre ha sido el mismo pero lo que se buscó fue un mejor manejo de recursos. La idea es ofrecer atención médica de calidad a todas las personas sin seguridad social.
En ese sentido, mientras el Seguro Popular tenía 51.6 millones de afiliados, lo que se buscó fue que el Insabi pudiera llegar a 69 millones de mexicanos. De hecho, el máximo objetivo fue alcanzar la universalización de la salud en México.
El problema es que nunca se logró al menos igualar las cifras del pasado. Si eso no fuera suficiente, incluso se denunció un grave retroceso que ha dejado desamparadas a las personas más desfavorecidas.
Como ejemplo, el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval) publicó un análisis acerca de la pobreza en el país.
Con base en la investigación, en el 2018 había 16.2 millones de mexicanos que carecían de servicios básicos de salud. Mientras que para el 2020 la cifra aumentó a 28.2 millones de individuos.
Otro aspecto que siempre se le criticó al Seguro Popular fue la falta de medicamentos en las unidades de salud. Pese a que se dijo que eso cambiaría, al final no se ha cumplido por completo. Dentro del Insabi han sido constantes las quejas por falta de fármacos o demora en su entrega. Los casos que han adquirido mayor notoriedad son los de niños con cáncer que han visto interrumpidos sus tratamientos.
Del Insabi al IMSS-Bienestar
Por otra parte, de la misma forma en que el Insabi nunca pudo despegar ahora se tiene el temor de que el malestar continúe. Si es así, la transferencia de recursos al IMSS-Bienestar también provocaría que las deficiencias sigan sin ser solucionadas.
Al final, la desaparición del Insabi contrasta con los deseos de “contar con un sistema de salud igual o incluso mejor que el de Dinamarca”. Aunque de manera constante las autoridades afirman que dentro de muy poco se alcanzará la universalización de este servicio, la realidad es bastante diferente.
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