Un estudio publicado recientemente en la Revista Americana de Psiquiatría señala que los médicos tienen casi 1.5 más probabilidades de cometer suicidio que aquellas personas que se dedican a cualquier otra actividad, siendo la depresión en muchas ocasiones la razón principal.
En este mismo tenor, un artículo publicado en The Chicago Tribune, dio a conocer que alrededor de 300 a 400 galenos se quitan la vida cada año en Estados Unidos, una cantidad que tiende ir a la alza.
¿A qué se debe este fenómeno?
Según lo publicado en la Revista Americana de Psiquiatría, factores como las largas jornadas de trabajo, las altas expectativas y la exposición a situaciones de vida o muerte son los detonantes más comunes de problemas de salud mental entre los profesionales de la salud.
Uno de estos padecimientos es la depresión que la mayoría de los estudiantes de Medicina experimentan cuando se encuentran en la facultad. La competencia entre ellos es tan grande que muchos se ven obligados a acumular deudas significativas de dinero para financiar sus estudios, con la promesa de pagarla años después.
Si bien no se trata de un problema nuevo, muchas instituciones de salud han empezado a reconocerlo. Tal es el caso de la Asociación Médica Americana, que afirma que el agotamiento físico y mental de los médicos es el primer precursor para que muchos médicos adopten malo hábitos como alcoholismo o drogadicción.
Médicos no desean recibir ayuda
Por su parte, el Dr. Michael F. Myers, psiquiatra y autor de libros sobre el bienestar y suicidio de los médicos, menciona que uno de los momentos más críticos ocurrió en 2014 cuando dos médicos recién egresados se suicidaron en la ciudad de Nueva York con unos días de diferencia.
Gran parte de los médicos se niega a buscar tratamiento cuando atraviesan por una situación que afecta su salud mental. Algunos no lo hacen por falta de tiempo, pero otros no aceptan la ayuda por miedo a perder su cédula profesional. Y si este problema sigue en aumento, es porque los médicos nos sentimos indestructibles, solemos ser perfeccionistas, y eso nos impide ver lo mal que podemos estar.
En su libro “Por qué los médicos se suicidan: Lecciones Aprendidas de sus Familias y Otras Personas Interesadas”, el Dr. Michael F. Myers revela que en la mayoría de los casos de suicidio, los familiares afirmaron que los médicos rechazaron las súplicas de sus seres queridos para buscar ayuda o acudir a una asesoría médica, pero nunca lo hicieron.
Muchos médicos suelen ser los más empáticos del mundo con sus pacientes, pero lo cierto, es que cuando atraviesan por una situación de depresión no pueden curarse a sí mismos.