Existe un mal hábito que puede afectar terriblemente la productividad en tu consultorio. Se llama procrastinación o la costumbre de postergar actividades para después.
La clásica frase “más tarde lo hago” puede traerte serios problemas en cuanto a productividad se refiere.
Si tienes que actualizar los historiales de tus pacientes o supervisar ciertas actividades de tu clínica, no lo dejes para más tarde o para mañana, ya que es un gran error sobrestimar el tiempo a causa de una gran confianza mal aplicada.
Si piensas que eres un procrastinador, lee los siguientes consejos para que termines de raíz con este mal hábito:
Aprende a planificar
Para ser eficiente debes proponerte objetivos claros. Si al empezar el día tienes una lista de pendientes interminable, no te agobies y mejor piensa por dónde vas a empezar. A esto se le llama priorizar por lo que debes definir cuáles son las tareas más urgentes y planearlas de forma realista dentro de tu horario laboral.
Dile adiós a las excusas
El clásico procrastinador suele decir que trabaja mejor bajo presión. Esto es totalmente una excusa para no realizar sus actividades en tiempo y forma. Bajo presión se pueden cometer muchos errores y esto desde luego que no les gustará a tus pacientes. Trabajar bajo presión puede ocasionar que des un mal tratamiento.
Reduce las distracciones
Imagina a un médico revisar el historial de un paciente mientras revisa sus notificaciones en Facebook. Cuando realices una tarea, no te distraigas y enfócate sólo a ella. Pon en modo silencio tu teléfono y resuelve cualquier cosa que te pueda distraer.
Aplica estos consejos en tu consultorio para que te ocupes en lo que realmente importa: atender personalmente a tus pacientes.