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Cómo ayudar al paciente a vencer su miedo a la consulta en 10 sencillos pasos

La empatía y la generación de confianza son los pilares para reducir el miedo del paciente a la asistencia médica.

Motivado por la ignorancia, asociada a lo que le dijo la comadre, un familiar o, simplemente, por lo que vio en televisión, el paciente es un sujeto presa de sus propios miedos que difícilmente accede a la consulta de especialidades para atender aquella condición que le aflige, causa dolor y que le provoca un daño a su integridad. Un padecimiento que bien podría tratase de una condición patológica severa que requiere de una atención especializada para prevenir complicaciones que lo conducirían a su muerte.

Por esa razón, el médico, además de profesional de la salud, debe generar el ambiente y las condiciones propicias para que el paciente pueda romper las barreras que el mismo puso frente a la atención médica.

Confianza y empatía

Con esto en mente, el equipo editorial e saludiario ha preparado una serie de sencillas recomendaciones para que, por medio de la generación de confianza y empatía, el paciente pueda romper sus paradigmas, miedos y limitaciones que lo hacen distante de los profesionales de la salud.

Comprender su miedo

El paciente tiene un sufrimiento que es causado por algo mal en su organismo. Lo desconoce y ello lo conduce a la incertidumbre. Oriéntalo con base en este sentido caótico que posee previo a su llegada al consultorio.

Identifica los síntomas del miedo

Tú eres médico. Mejor que nadie sabe detectar este tipo de variaciones en el comportamiento del paciente. Aprende a leer a tus pacientes para saber cuando tienen miedo sobre lo que ocurre.

Ayúdalo en la reflexión de su enfermedad

El paciente es ignorante sobre lo que ocurre; aunque muy probablemente el Dr. Google lo haya convencido de que tiene cáncer, el médico debe conducirse claro y conciso a la hora de describir la patología. Esto además de calmar sus miedos es educación en Medicina.

Comprende que el miedo somete al paciente

Como cuando a los niños pequeños los puede someter el temor al “coco”, el paciente puede ser limitado en sus expresiones. Incluso decir que le duele puede llegar a ser una tarea complicada aunque el dolor sea insoportable. Comprender que el miedo somete es la clave.

Explicarle que temer es normal

El paciente tiene miedo por su ignorancia. Hacerle ver que el miedo es normal cuando no se conoce una patología podría ser muy importante en la reducción de sus miedos. Un ejemplo burdo sobre cómo cambiar un neumático podría recordarle que el “no saber” no está mal. Y que es un detonante de sus miedos.

Precisa su miedo

En ocasiones el temor del paciente ni siquiera es la enfermedad en sí, sino que podría tener efectos en su espacio cotidiano, como, por ejemplo: su trabajo, pareja, familia, escuela, etc. Identifica su fuente del miedo y trabaja sobre ello.

Desarticula sus detonantes

Si, en efecto, el miedo del paciente es un temor ajeno a su enfermedad. Desarticula la bomba que detona su temor. No es el fin del mundo estar enfermo, pero en ocasiones el paciente no es consciente de ello.

Cuestiona su miedo

Hazle ver al paciente que su miedo es un obstáculo para el tratamiento. El temor, en esa tesitura, es una condición que se tiene que superar. Hazlo fuerte, consciente, sabedor de su condición, para que pueda tomar buenas decisiones.

Haz que el paciente vea la fragilidad de su sistema de creencias

Muchas veces el internet, la familia y la vecina, tienen un poder suprahumano en las decisiones del pacientes. Hacerle ver el absurdo que esto representa es clave para suprimir de una vez por todas su temor.

Un nuevo paciente

Pasa de un paciente presa de sus miedos, incapaz de tomar consciencia sobre su condición a un paciente empoderado.

 

Imagen: Bigstock

 

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