- En la actualidad se estima que apenas uno de cada 100 pacientes mexicanos recibe esta alternativa para disminuir sus dolores.
- Los médicos deben ser éticos y reconocer cuáles son sus valores y virtudes, así como las del paciente: Mónica Osio Saldaña.
- Los cuidados paliativos son de utilidad en pacientes con cáncer terminal, VIH/SIDA, demencias terminales, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), falla renal, hepática o cardiaca no trasplantables, entre otras condiciones médicas.
La principal función de los médicos es cuidar la salud de sus pacientes aunque al final se debe recordar que no pueden solucionar todo. Existen algunas enfermedades terminales que provocan daños irreversibles. En este tipo de situaciones es necesario tomar una decisión trascendental sobre si lo correcto es prolongar el dolor u ofrecer alternativas como los cuidados paliativos.
Es un tema controvertido que se debe analizar a fondo y no de forma superficial. Con esto en mente, Mónica Osio Saldaña, integrante del Seminario de Estudios sobre la Globalidad de la Facultad de Medicina de la UNAM, impartió una conferencia para ofrecer su postura.
Con el título de “La sedación paliativa desde la perspectiva del personal médico”, indicó que el problema con los imaginarios es que “nos falta generosidad para hablar de este tema, además de unidad para reconocer que muchas veces aquello que conozco, intuyo o creo, no es precisamente el todo, ni la realidad”.
En el encuentro académico híbrido, transmitido desde el Aula Alejandro Rossi, del Instituto de Investigaciones Filosóficas, la especialista precisó que aun cuando pareciera cierta y conocida, “pocas veces tenemos en cuenta que la medicina no es una ciencia exacta, sino una ciencia de certidumbre y un arte de la probabilidad. Es decir, lo que vamos a ofrecer son desenlaces probabilísticos en los que existe la incertidumbre”.
También dijo que la medicina ofrece el conocimiento científico acerca de un proceso de salud-enfermedad, aunque es el propio paciente quien en realidad proporciona 50 por ciento de ese entendimiento: cómo son mis síntomas, vivencia, estilo de vida y de afrontamiento, con qué recursos cuento para hacer frente a este proceso de salud enfermedad y cuáles son los vínculos más cercanos o importantes de que dispongo o tengo a la mano.
Los médicos deben escuchar más a los pacientes
Señaló que si el médico no escuchó ese otro 50 por ciento con empatía y tampoco fomentó el autoconocimiento del enfermo para explorar estas vivencias, “difícilmente entenderé el proceso salud-enfermedad del paciente, porque solo me quedo con una parte técnica básica que no me será de utilidad para resolver sus verdaderas necesidades y las de su familia”.
Ante ello, puntualizó, también debe admitirse que los galenos deben ser éticos y reconocer cuáles son sus valores y virtudes, y cuáles las del paciente. Deben hacer un traje a la medida de éste, “aunque vaya en contra de lo que yo consideraría importante”.
Cuando se habla de este tema debemos hacer referencia a un tópico del que se comenta mucho y se conoce poco, “porque consideramos que son exclusivos para las personas en la etapa final de la vida; sin embargo, es un enfoque que se aplica a pacientes no curables que podrían vivir muchos años con una enfermedad y a los que hay que ofrecer una mejor calidad de vida durante el tiempo que vayan a vivir”.
En México, a partir de 2009, el cuidado paliativo se integra como derecho a la salud. A 13 años de contar con esa garantía incluida en la Ley General de Salud, no hemos podido implementarla en todas las unidades médicas, a pesar de que técnicamente desde el punto de vista legislativo y social tenemos todas las bases para hacerlo.
¿Qué es la sedación paliativa?
Por otra parte, expuso que la sedación paliativa es una de las herramientas normadas que poca gente del área médica conoce. Se utiliza con el propósito de disminuir un estado de conciencia por medio de la aplicación de un medicamento en cantidad necesaria para evitar el sufrimiento.
Es un proceso que va coordinado y acompañado por el equipo de salud y que tampoco tiene el propósito de adelantar la muerte o prolongar la vida del paciente, solo desconectar la parte consciente para que no sufra ante un síntoma que la medicina no puede controlar de ninguna otra forma.
Esta condición puede durar de 48 a 96 horas, tampoco acelera el proceso de muerte, pero cambia la percepción de quienes acompañan a quien está muriendo. La obligación de los médicos es trabajar con él durante el proceso dolor-enfermedad y también en la muerte, a fin de que esté en las mejores condiciones para que tenga tranquilidad, con responsabilidad ética y legal.
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