Una investigación, publicada en 2016 por Microsoft, afirma que en promedio las personas pierden la concentración en su trabajo cada 40 segundos. Aunque este tipo de estadísticas afectan más a los negocios en las industrias del conocimiento, en tu consultorio también sucede este fenómeno y las distracciones pueden provocar que se pierda mucho tiempo en algunas tareas administrativas.
Por supuesto, el que tu personal sea propenso a las distracciones, no significa que el líder del consultorio no pueda hacer nada para remediarlo. A continuación hay cuatro estrategias que puedes fomentar entre tus colaboradores (o aplicar tu mismo) para hacer más eficiente la jornada:
Diseña un espacio para librarte de las distracciones
- Tú y tus colaboradores pueden acondicionar el ambiente para despojarlo de la mayor cantidad de objetos, sitios web y circunstancias que podrían quebrar la concentración en el trabajo. Por ejemplo, deshacerse de dispositivos inteligentes, bloquear páginas de entretenimiento o utilizar audífonos que bloqueen el sonido son buenas ideas para empezar.
Establece las tareas indispensables que debas de realizar en el día
- Una forma efectiva de deshacerse de distracciones es estableciendo una serie de actividades que necesitas completar durante la jornada. Tener estas metas y objetivos claros facilita devolver la atención a un proceso en caso de perder la concentración. Además, una misión exigente auto-impuesta también podría ser un buen motivador para reducir los periodos improductivos.
Incrementa la dificultad o cantidad de trabajo
- Muchas veces, las actividades realmente no exigen tanto tiempo como el que se tiene disponible para hacerlas. Ello provoca que las distracciones llenen el vacío en la jornada. Una solución es aumentar la carga de tareas diaria o empezar proyectos de mayor complejidad. Es importante, en el caso de tus colaboradores, que esta iniciativa venga de su parte en lugar de ser impuesta.
Establece un límite de tiempo artificial para tus actividades
- Como las distracciones aparecen para llenar el tiempo adicional que tenemos para cumplir las tareas, fijar momentos de entrega ficticios (efectivamente convirtiendo la concentración en un juego) permite reducir los desperdicios de tiempo. Igualmente, estas iniciativas deben surgir de los colaboradores, ya que no es recomendable que tú hagas más estrictas las fechas de entrega previamente establecidas sin una razón de verdadera urgencia.