La actividad física es un componente esencial para la buena salud. De hecho, las pautas gubernamentales establecen que para obtener la mayor cantidad de beneficios para la salud, los adultos necesitan al menos 150 minutos de movimiento aeróbico de intensidad moderada, como caminar a paso ligero, o al menos 75 minutos de ejercicio de intensidad vigorosa, como correr, cada semana.
MALO O BUENO
Sin embargo, varios expertos sugieren que más ejercicio no es necesariamente mejor para la salud. Existen diversas situaciones en las que el ejercicio se puede volver perjudicial.
¿Cuándo no es conveniente?
Por eso, a continuación proyectamos algunas situaciones en las que no es conveniente que tus pacientes hagan ejercicio, según Mejor con salud.
1. Padecer una infección con fiebre
Las infecciones con fiebre, dolor y malestar general son una respuesta del sistema inmunitario ante la amenaza de algunos virus y bacterias. En este tipo de situaciones, las fuerzas físicas disminuyen y, aunque puede presentarse de muchas formas en cada caso, no es para nada conveniente hacer ejercicio.
2. Haber dormido poco
Dormir menos de cinco horas es un hábito que acarrea graves consecuencias físicas y mentales para el organismo. Aunque muchos de sus efectos no se manifiestan al instante, con el paso del tiempo se pueden desarrollar complicaciones y enfermedades.
Esto se debe a que, como explica una publicación de WebMD, durante el sueño se dan muchos procesos de «reparación» y estabilización del organismo que le permiten retomar su funcionamiento normal luego. Tal recuperación ocurre, por ejemplo, con los músculos.
A su vez, de inmediato se debilita el sistema inmunitario y las fuerzas físicas, por lo que no es apropiado sobrecargar el cuerpo con la práctica de una rutina de entrenamiento.
3. Al tener una lesión o herida
Las lesiones musculares, articulares y óseas requieren cuidados estrictos como parte de su tratamiento, ya que cualquier error puede provocar graves complicaciones. Si bien muchos expertos aconsejan algunos ejercicios de bajo impacto como complemento para su recuperación. Es preferible que recomiendes a tus pacientes guardar reposo por unos días.
4. Sufrir de gastroenteritis
Las afecciones del sistema digestivo afectan el rendimiento durante la práctica de ejercicios físicos y, aunque muchos no lo relacionan, puede ocasionar vómitos, diarrea y otros síntomas incómodos.
Para algunos aficionados, estos trastornos no son un motivo para hacer a un lado sus entrenamientos. No obstante, es importante que tus pacientes le den al cuerpo un tiempo de reposo para su recuperación, ya que el movimiento excesivo y la pérdida de líquidos puede empeorar la condición.
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