La tasa de mortalidad por VIH en México ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas gracias a los avances en la detección temprana, el tratamiento antirretroviral y las campañas de concienciación. Sin embargo, el VIH/SIDA sigue siendo una preocupación importante de salud pública, especialmente en poblaciones vulnerables.
La tasa de mortalidad por VIH ha disminuido en México en los últimos años
En 2023, la tasa de mortalidad por VIH en México se estimaba en aproximadamente 3.8 muertes por cada 100,000 habitantes. Esta cifra ha disminuido en comparación con décadas anteriores, cuando el VIH/SIDA era una de las principales causas de muerte en el país. La reducción de la mortalidad se debe en gran medida a la implementación de políticas de salud efectivas, que incluyen el acceso gratuito a tratamientos antirretrovirales a través del Sistema de Salud Pública.
El tratamiento antirretroviral ha permitido a las personas que viven con VIH tener una esperanza de vida mucho mayor, transformando la enfermedad de una sentencia de muerte a una condición crónica manejable. Sin embargo, el éxito de estos tratamientos depende del diagnóstico temprano y la adherencia continua al régimen de medicamentos, lo que sigue siendo un desafío en algunas regiones de México.
Se deben fortalecer las estrategias de prevención
A pesar de estos avances, persisten desafíos significativos. Las tasas de mortalidad por VIH son más altas en ciertos grupos de la población, como los hombres que tienen sexo con hombres, las trabajadoras sexuales, y las personas que usan drogas inyectables. Estos grupos a menudo enfrentan barreras adicionales para acceder a servicios de salud, debido a la estigmatización, la discriminación y la falta de recursos.
El acceso desigual a los servicios de salud también afecta las tasas de mortalidad. Las personas en zonas rurales o marginadas, particularmente en comunidades indígenas, a menudo tienen un acceso limitado a pruebas de detección y tratamiento. Además, el estigma asociado al VIH sigue siendo un obstáculo para muchas personas, que pueden retrasar o evitar buscar atención médica por miedo a la discriminación.
Para continuar reduciendo la tasa de mortalidad por VIH en México, es esencial fortalecer las estrategias de prevención, mejorar la educación sobre el VIH, y garantizar que todos los individuos, independientemente de su ubicación o estatus socioeconómico, tengan acceso a los servicios de salud que necesitan. Asimismo, combatir el estigma y la discriminación es crucial para que más personas se sientan seguras al buscar tratamiento y apoyo.