En México, más de 30 millones de personas viven con hipertensión arterial y un 46 por ciento de los pacientes lo desconoce. Según datos ofrecidos por el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) en el año 2020, el 24,9 por ciento de los hombres y un 26.1 por ciento de mujeres padece esta enfermedad que, cada año, ocasiona en torno a los 50 mil fallecimientos.
¿Qué es la hipertensión?
Se puede definir la hipertensión como el aumento de la presión de la sangre en las arterias debido a algunos factores como:
- Sedentarismo.
- Diabetes.
- Consumo de tabaco.
- Ingesta de alcohol en exceso.
- Alimentación inadecuada.
- Colesterol elevado.
- Condición genética y étnica.
- Medicamentos de tipo esteroideo.
- Anticonceptivos.
En México, se recomienda que las personas mayores de 40 años se realicen una medición anual de la presión arterial, así como exámenes de colesterol, sangre y glucosa que puedan detectar cualquier anomalía médica y es que tal y como indican los especialistas, “la prevención, detección, apego al tratamiento, vida saludable y exámenes frecuentes son la clave para controlar los niveles de presión”.
El proceso de cambio del tratamiento no se hace de la noche a la mañana
Es necesario un protocolo terapéutico efectivo, económico, seguro, pragmático y simple. Aunque, eso sí, es cierto que existen ciertas barreras para establecer un protocolo diferenciado en el país, entre las que se pueden destacar:
- Combinaciones duales y triples sin clave en compendio de medicamentos.
- Sales que no tienen disponibilidad en genéricos, solo 2 marcas disponibles.
- A pesar de su competencia en una compra consolidada, no existe garantía de un precio competitivo.
Esto hace que sea necesario, por tanto, cambiar el viejo paradigma del tratamiento (monoterapia) hacia una visión de tratamiento combinado dual desde el primer paso, que deberá ser escalado a triple combinación y a cuádruple cada cuatro semanas y referido al especialista en caso de no alcanzar metas en 3 meses antes.
El cambio es necesario pero no es un proceso que se haga de la noche a la mañana y hay que seguir una serie de puntos para lograrlo como son: planificarlo; involucrar a todo el equipo operativo y coordinador y detenerse un momento a evaluar y modificar lo necesario.