En su recuento más reciente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que van más de 36 millones de contagios por Covid-19. La cifra sigue en aumento e inclusive la jornada de este 8 de octubre hizo historia por ser el día con más nuevos infectados desde el inicio de la pandemia. Se presentaron 338 mil en apenas 24 horas, siendo gran parte de ellos en Europa a raíz del actual rebrote que se encuentra fuera de control y ha provocado nuevos confinamientos en ciudades de España y Francia.
A su vez, también se debe mencionar que suman más de 25 millones de personas que se han infectado y después recuperado. Pero aunque en primera instancia es algo positivo, también ha derivado en un nuevo fenómeno que muestra que no siempre se supera la enfermedad de inmediato.
Secuela que podría nunca desaparecer
Lo que se ha identificado hasta el momento es que esta cepa de coronavirus suele provocar secuelas de distinta magnitud en los supervivientes. Una de las principales es la fatiga crónica, la cual provoca un agotamiento al instante al realizar actividades consideradas como sencillas.
En ese sentido, mientras una persona, sin importar su edad, anteriormente podía realizar caminatas cortas sin problema. Al infectarse y después recuperarse presenta fuertes cambios en su capacidad de resistencia. Se ha detectado casos de pacientes que ni siquiera logran subir unos escalones debido a que presentan cansancio extremo.
Por todo lo anterior se ha optado por nombrar como Covid-19 crónica a quienes presentan esta condición. Aunque en primera instancia se trata de personas que superaron la enfermedad y en los exámenes de detección del virus resultan negativos, su estado de salud se mantiene delicado.
Otras consecuencias de la fatiga
Por su parte, el cansancio excesivo no es posible ser solucionado ni con largas jornadas de sueño y descanso. Además muchas veces está acompañado de otros inconvenientes como estrés, dolor persistente y falta de aliento.
Sumado a lo anterior, también llega a desembocar en problemas de salud mental de alta peligrosidad como depresión, ansiedad y dificultad para pensar. Con esto también existe un alto riesgo a cometer suicidio.
Pero ahora la mayor interrogante que o se ha podido responder es si la Covid-19 crónica tiene solución o es posible que desaparezca. Debido a que la enfermedad de origen es tan nueva, todavía se desconoce la duración de las secuelas, por lo que se requiere de análisis de larga duración para determinar si realmente puede existir una curación completa en los pacientes infectados.