La vacuna contra el Covid 19 ha sido un tema muy discutido; su efectividad, si se cumplieron todas las fases de su desarrollo, los temas de importación, si remediará la crisis, entre otros muchos aspectos. Sin embargo, la esperanza de muchas personas está puesta en tener acceso a ella.
Para los expertos; la llegada de la vacuna no es el final de la pandemia y mucho menos que se deban abandonar las medidas de mitigación que se adoptaron desde el inicio de esta crisis.
El virus no será erradicado con la llegada de la vacuna. Pueden pasar varios años; antes de que se puedan abandonar por completo las medidas que deben tomarse para evitar el contagio como el distanciamiento físico y el uso de la mascarilla. Por ejemplo. La vacuna es sólo una parte de la solución, como lo indican los expertos en epidemiología.
Uno de los puntos más importantes a resaltar; es que esta pandemia viene a actuar con mayor severidad, entre las personas con enfermedades crónicas; diabetes, hipertensión, desnutrición, problemas que agudizan la situación. Para llegar a la denominada “inmunidad de rebaño”; se debe lograr que al menos el 80% de la población obtenga la vacuna. Antes de ello, deben seguir adaptándose las medidas hasta ahora establecidas; el uso constante del tapabocas, acompañado del cuidadoso lavado de las manos y el distanciamiento físico, para que la cobertura de la vacuna sea útil.
La falta de información clara y oportuna es una de las barreras que podría impedir el acceso a la vacuna. Las especulaciones han generado temor y desconfianza entre las personas y hará mucho más lento el proceso para lograr alcanzar en nuestro país la “inmunidad de rebaño”.
Si se tiene en cuenta el cronograma y los grupos en que se ha dividido a la población para su distribución. Podrían pasar por lo menos 2 años; en los cuales el distanciamiento y el uso del tapabocas deben ser de uso obligatorio para evitar contagios.
Lastimosamente, las encuestas reveladas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, muestran que el interés de los colombianos por recibir la vacuna contra el SARS-CoV-2, ha disminuido notablemente[1], y la principal razón está asociada a la falta de certeza sobre los posibles efectos adversos. Frente a lo que, el problema no será la falta de vacunas, sino que las personas no quieran vacunarse.
Según los expertos; debe sensibilizarse a la población en general sobre los beneficios para el país y la comunidad en general. Que se obtendrán con la decisión de recibir la vacuna individual. Tras la vacuna se deben estructurar un sistema de vigilancia epidemiológico estricto para monitorear y vigilar las respuestas; tanto positivas como adversas que se puedan generar.
Todo indica que es importante mantener el cumplimiento del aislamiento físico y de esta forma; no se tendrá la necesidad de realizar cuarentenas estrictas. Que aparte de resultar dañinas para la salud de las personas a nivel físico; mental y emocional tiene afectaciones a nivel socio-económico.
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