En medio de una fuerte controversia nacional (pues existían tanto médicos que se encontraban a favor como los que se oponían), el Ministerio de Salud y Bienestar de Corea del Sur aprobó la ley de “morir con dignidad”, la cual entrará en vigor el próximo 4 de febrero y tiene como objetivo el evitar el sufrimiento innecesario de pacientes que sufren de enfermedades terminales.
En este caso, la iniciativa aprobada consiste en que todos los ciudadanos mayores de 19 años que padezcan alguna enfermedad terminal pueden firmar un documento en el que expresamente renuncian a recibir cualquier tipo de tratamientos médico y por su parte, las instituciones de salud están obligadas a respetar la decisión del paciente.
Al respecto, todo inició en el 2009 cuando el Tribunal Supremo surcoreano solicitó reconocer el derecho de una paciente comatosa a morir con dignidad, pues se afirmaba que mantenerla con vida violaba su dignidad básica como persona y generaba sufrimientos innecesarios.
A pesar de lo anterior, el hospital en el que se encontraba internada la paciente se negó a retirar el respirador artificial y fue entonces cuando se generó la controversia.
Desde entonces y hasta antes de que formalmente se aprobará la iniciativa para morir con dignidad, se han acumulado 3 mil 611 pacientes que solicitan el poder dejar de recibir los tratamientos médicos a los que actualmente se encuentran sometidos para poder morir con dignidad, aunque será hasta el próximo mes cuando la ley entre en vigor.
Esto se suma a otras controversias que se han desatado en semanas recientes, como el hecho de que la Asociación Médica Mundial (WMA) haya acusado que el nuevo juramento promueve el aborto y la eutanasia.
Por otra parte, en nuestro país Teresa Corona, vicepresidenta de la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM), declaró que los médicos deben ser más “humanos” al momento de abordar a pacientes con enfermedades terminales.