Con la llegada de la llamada Cuarta Transformación han iniciado una serie de cambios en el país. Lo que se busca es atacar diversos problemas de fondo. Una de las propuestas más importantes es reducir los gastos innecesarios del gobierno. Aunque en apariencia pueda parecer una buena propuesta, ha tenido repercusiones que han impactado en los trabajadores.
En ese sentido, uno de los afectados ha sido el sector de la salud pública. Tan sólo a inicios de año el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) anunció el recorte de más de 3 mil empleados. Por desgracia, los despidos están lejos de terminar y ahora se han anunciado más movimientos en distintos puntos del país.
En primera instancia, la delegación de Durango del ISSSTE anunció el despido de 50 trabajadores. De acuerdo con un comunicado, la instrucción fue dada por las oficinas centrales. Al respecto, los despidos fueron para personal médico y de enfermería.
De forma más detallada, los ajustes de personal fueron realizados en tres centros de salud de la entidad. Fueron 16 personas del Hospital General “Dr. Santiago Ramón y Cajal”, 15 de la Clínica Hospital de Gómez Palacio, 16 de la Clínica de Medicina Familiar (CMF) Durango y tres más de la CMF de Lerdo.
Un caso similar se registró en Chihuahua donde también se han presentado recortes debido a las nuevas políticas de austeridad. Sin detallar el número de trabajadores despedidos, lo más alarmante es que se prevé que continúen a lo largo del año.
En ambos casos, lo que más causa temor es que a nivel general el ISSSTE muestra un déficit de personal de salud. De esta manera, este tipo de recortes resultan contradictorios con respecto a las verdaderas necesidades del instituto.