Desde 1992, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nombró a la Ciudad de México como la metrópoli con la peor calidad del aire en el planeta, se han realizado significativos avances para reducir los niveles de contaminación ambiental. Sin embargo, durante la segunda mitad de la década se han registrado cada vez más casos de absentismo escolar, problemas cardiacos en personas mayores y ataques de asma infantiles ligados a la calidad del aire.
Más allá de los problemas directamente relacionados con el bienestar físico, la contaminación ambiental característica de los centros urbanos también parece incidir en la capacidad cognitiva de los ciudadanos. Un estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), indican que la mala calidad del aire está directamente relacionada con un menor nivel de desempeño en pruebas de matemáticas y habilidad verbal.
Los investigadores, miembros del Instituto de Investigación de Políticas Alimentarias Internacionales (IFPRI) compararon los resultados de exámenes cognitivos correspondientes a casi 32 mil pacientes en China. Los sujetos de estudio, todos mayores a los 10 años, respondieron a los cuestionarios entre 2010 y 2014.
Xiaobo Zhang, de la Universidad de Beijing y parte del equipo de científicos, afirmó que el deterioro de la contaminación fue más pronunciada en personas de menor nivel socioeconómico y/o con una edad más avanzada.
El daño de la contaminación ambiental sobre los cerebros en envejecimiento probablemente implica costos económicos y de salud significativos, si consideramos que el funcionamiento cognitivo es crítico para los mayores de edad que al mismo tiempo se encargan de varias tareas en su unidad familiar y forman parte de decisiones económicas importantes.
Los investigadores creen que este descubrimiento tendrá más impacto en países emergentes, cuyas ciudades suelen sufrir de niveles más altos de contaminación ambiental por su proceso de industrialización. Esperan que las conclusiones de su estudio expandan la discusión sobre la mala calidad del aire urbano fuera de las condiciones de salud; para incluir también los efectos a largo plazo que tiene en la seguridad social de los ciudadanos.