Muchas investigaciones han demostrado que consumir grandes cantidades de sal es malo para la salud del corazón y del sistema circulatorio. Ahora una nueva investigación realizada por el Instituto de Medicina Weill Cornell, en Nueva York, menciona que este mal hábito también afectaría el cerebro.
De hecho, existen antecedentes de lo declarado por los investigadores estadounidenses, pues otro estudio realizado en 2011 por el Baycrest Kunin-Lunenfeld Applied and Evaluative Research, en Toronto, Canadá, dio a conocer que el consumo excesivo de sal provocaría una reducción de la función cognitiva de las personas.
Los investigadores de este estudio llegaron a pensar que esta disminución cognitiva sería por un efecto secundario causado por los problemas cardiovasculares, que harían que llegase menos cantidades de sangre al cerebro. Pero el nuevo trabajo habría demostrado que esa no es la causa.
Los expertos estadounidenses sometió a un grupo de ratones a una dieta con alimentos que contenían entre 4 y 8 por ciento de sal, una cantidad demasiado alta a la que estos roedores acostumbran consumir. Así pues, los investigadores observaron que los ratones tuvieron una pérdida progresiva de las capacidades cognitivas.
El exceso de sal provocó la producción excesiva de interleucina, lo que provocó una disminución de las funciones relacionadas con la memoria y el aprendizaje. La mayor parte de los roedores recuperaron su capacidad de memoria después de abandonar la dieta alta en sal, pero los que continuaron durante tres meses o más, desarrollaron una forma de demencia.