La salud es un aspecto que debe ser prioridad para cualquiera. Cuando se presenta una dolencia o malestar no se debe dejar pasar el tiempo porque puede provocar complicaciones. Por eso la atención médica es tan importante, aunque existan personas que no la valoran. Además también existe un alto porcentaje de mexicanos que optan por la automedicación, lo cual es todavía más peligroso por las consecuencias que puede generar.
Al atender a pacientes a diario debes de tener claro que nunca se presentan dos personas iguales. A pesar de que tengan la misma enfermedad o tengan los mismos síntomas, cada uno es único. Pero algo que no se puede negar es que existen ciertos rasgos que se repiten en muchos de ellos. Eso lleva a plantear la principal característica de los pacientes mexicanos.
¿El triunfo de las consultas médicas económicas?
Por distintos motivos, existe un rasgo presente en la mayoría y probablemente ya lo has notado. Los pacientes mexicanos prefieren las consultas médicas económicas. El sustento de lo mencionado se basa en el éxito del negocio de los consultorios anexos a farmacias. En dos décadas han pasado de tres mil a más de 15 mil en todo el territorio nacional, además la tendencia al aumento continúa.
En la actualidad es imposible pensar en al menos una colonia en la que no exista un consultorio médico de este tipo. Se encuentran presentes hasta en los rincones más alejados del país y eso ha traído una consecuencia. En promedio, ofrecen 325 mil consultas al día, lo que significa que brindan 35 mil atenciones más que el propio Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Espacios mal vistos por los propios médicos
Nunca se debe generalizar pero este tipo de establecimientos suelen ser mal vistos por los propios profesionales de la salud. Muchos galenos afirman que los consultorios anexos a farmacias denigran al gremio. Su fundamente se basa en el trato y condiciones laborales que sufren los que atienden a los pacientes. Además el hecho de ofrecer servicios a costos tan baratos afecta al resto y provoca que las personas piensen que así deben costar todas las consultas.
En algunos casos se menciona que lo consultorios anexos a farmacias sacrifican la calidad a cambio del precio económico.
En ese sentido, es claro que los precios bajos están pensados para los pacientes y no necesariamente en los propios médicos. Esto se traduce en que los profesionales reciben pagos mínimos por su trabajo y en ocasiones ni siquiera tienen prestaciones.
Al final, resulta una lástima que una profesión tan complicada y compleja como la del médico sea poco valorada por los pacientes. En la mayoría de los casos no se busca a galenos reconocidos y experiencia sino simplemente a los más económicos. El peligro que se corre es que se haga realidad el dicho que afirma que lo barato sale caro.