- ¿De verdad se pueden romper los malos hábitos? ¿La gente puede cambiar? Por más imposible que parezca, sí se puede.
- Se necesita intención, mucho esfuerzo y modificar el comportamiento.
- Por eso sirve entender qué pasa en el cerebro cuando formamos o tiramos un mal hábito.
¿De verdad se puede romper los malos hábitos? ¿La gente puede cambiar? Por más imposible que parezca, sí se puede. Se necesita intención, mucho esfuerzo y modificar el comportamiento, por eso sirve entender qué pasa en el cerebro cuando formamos o tiramos un hábito.
6 consejos para romper los malos hábitos con éxito
De acuerdo con la doctora Stephanie Collier, instructora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, los hábitos, ya sean positivos o negativos, son rutinas y como tal, las hacemos en piloto automático porque nos facilitan la vida. Para hacerla, el cerebro no tiene que pensar mucho.
La doctora Luana Marques, profesora de psicología de Harvard, explica que cuando se intenta romper un mal hábito, se crea una disonancia que es molesta para el cerebro. Entonces lo que sucede es que el sistema límbico del cerebro activa las respuestas de lucha, huida o congelación, y la reacción es mantenerse seguro, evitando la amenaza y regresando al antiguo comportamiento.
¿Por qué es tan difícil dejar un mal hábito?
Cualquier cosa que nos ayude a sobrevivir como especie hace que el cerebro libere dopamina, por lo que si fumar te ayuda a sobrellevar un momento de estrés y te hace sentir bien, el cerebro evitará el cambio como una forma de superviviencia.
“Obtenemos una recompensa (aunque sea temporal), por lo que seguimos invirtiendo cada vez. Por eso es tan difícil”, explica Collier.
Lo que debes hacer para romper un mal hábito
- Antes de intentar dejar un mal hábito, lo primero que debes hacer es saber por qué quieres cambiar. Mientras más personal sea la razón, mayor motivación tendrás para realizar el cambio y no rendirte.
- Después deberás encontrar el origen de tu mal hábito. Es decir, tienes que descubrir cuáles son los factores que lo desencadenan. Cuando aparezca el mal hábito, pregúntate cuándo, dónde y con quién ocurre, y cómo te sientes, ya sea triste, solo, deprimido o nervioso.
- La siguiente parte es modificar tu comportamiento. Si tu debilidad es una dona de camino al trabajo, la solución podría ser cambiar tu ruta o sustituirla por un alimento más saludable.
- También hay que evitar la mentalidad de “todo o nada”, que conduce a un rápido agotamiento. Tienes que empezar de poco en poco. Si tu meta es dormir a las 10 pero normalmente te acuestas a las 12, empieza durmiendo a las 11:45, luego 11:30 y así sucesivamente.
- También ayuda recordar que los impulsos siguen un ciclo. Al principio son intensos, luego disminuyen y suelen desaparecer en unos 20 minutos, explica Collier.
- Si recaes no seas tan duro contigo mismo. Los fracasos son parte del proceso de cambio.
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