A diario se presentan diversos conflictos y diferencias de opiniones entre los gobiernos de distintos países, pero lo lamentable es cuando son causantes de disputas que afectan a terceros, como ha sucedido con las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita y Canadá, las cuales han tenido un grave impacto en el sector salud.
En este caso, todo se generó semanas atrás cuando fueron detenidos y encarcelados los activistas Samar y Raif Badawi dentro de Arabia Saudita. Ante este hecho, el gobierno de Canadá expresó de manera pública su negativa ante los hechos y condenó cualquier tipo de censura porque atenta contra la libre libertad de expresión.
El acontecimiento causó el enojo del gobierno de Arabia Saudita, al argumentar que se trata de un caso de política interior en el que no deberían de entrometerse otras naciones y solicitó una disculpa pública de parte de la nación gobernada por Justin Trudeau, la cual nunca llegó e inclusive continuaron las críticas canadienses hacia las represiones que se registran en el mundo árabe.
A raíz de lo anterior, el gobierno de Arabia Saudita amenazó con terminar con las relaciones diplomáticas que sostiene con Canadá y como primer paso ordenó poner fin a los programas colaborativos de sanidad que existen entre ambas naciones.
De esta manera, alrededor de mil médicos graduados árabes que actualmente se entrenan en Canadá como parte de un programa internacional deberán abandonar el país norteamericano antes del 31 de agosto por la disputa diplomática, lo cual perjudicará tanto a la comunidad médica como a las instituciones de salud y a los pacientes.