Fue el 31 de diciembre de 2019 cuando en China se identificaron los primeros casos de lo que entonces fue denominado como una neumonía atípica. De forma paulatina aparecieron más pacientes hasta que el problema se salió de control. Desde entonces se ha señalado que se trata de una enfermedad respiratoria por su forma de contacto y porque los órganos más afectados son los pulmones. Aunque después de más de un año ahora todo cambia porque un estudio ha concluido que en realidad la Covid-19 es una enfermedad vascular.
En este caso todo parte de un trabajo elaborado por médicos de la Universidad de California en Estados Unidos y la de Jiaotong en China. Su interés nació a partir de los síntomas tan diversos que desarrollan las personas infectadas. Cada vez la lista es más extensa y no se limita solo a los pulmones sino que abarca todo el cuerpo e inclusive también la parte mental.
Por otra parte, también se encuentra el Síndrome Post Covid-19 que afecta a siete d cada 10 supervivientes. Se trata de las personas que después de varias semanas de haber sido dadas de alta de los hospitales continúan con secuelas. Lo más grave es que todavía no se ha podido identificar la duración de los malestares e inclusive se teme que algunos de ellos jamás desaparezcan.
¿Por qué ahora se le considera una enfermedad vascular?
Pero ahora, a partir de esta nueva investigación publicada en la revista Circulation Research se afirma que en realidad se trata de una enfermedad vascular porque a nivel celular también afecta al corazón e inclusive puede provocar tromboembolismos.
“Eso podría explicar por qué algunas personas tienen accidentes cerebrovasculares y por qué otras tienen problemas en otras partes del cuerpo. El punto en común entre ellos es que todos tienen bases vasculares“.
Lo anterior también el por qué genera complicaciones tan variadas y que pueden no tener relación entre sí. Dentro de la extensa gama de afectaciones que provoca esta nueva enfermedad se encuentran desde odinofagia y tinnitus hasta lesiones mucocutáneas y palmoplantares. Mientras que de manera constante aparecen nuevos daños a partir de las investigaciones en los pacientes.
Por su parte, la investigación incluyó la réplica de un virus simular al SARS-CoV-2 y se comprobó que no solo infecta las células sino que también deteriora el buen funcionamiento del tejido vascular. Aunque ya se sospechaba de esto, se trata de la primera ocasión en que un trabajo profesional lo comprueba.