El pasado 3 de junio Guatemala sufrió los estragos de la erupción del Volcán de Fuego, fenómeno que afectó a la nación centroamericana, pero que al mismo tiempo sirvió para mostrar el compañerismo que existe dentro del gremio de la salud, pues distintos países respondieron prestos al llamado de auxilio enviando brigadas de apoyo con el objetivo de atender a la población y en caso de requerirlo, trasladar a los habitantes afectados a hospitales extranjeros.
En este sentido nuestro país, a través de la Secretaría de Salud (SSa), en coordinación con Protección Civil, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Secretaría de Gobernación (SEGOB), envió un equipo conformado por 13 elementos de salud, los cuales permanecieron durante 3 semanas en territorio guatemalteco para atender a la población.
Como parte del trabajo de la delegación mexicana se realizaron 6 traslados de pacientes graves al Centro Nacional para Investigación y Atención a Quemados (CNIAQ), además de 7 mil 895 acciones de promoción y prevención a la salud, 583 intervenciones odontológicas y mil 111 consultas médicas, atendiendo principalmente infecciones respiratorias agudas, parasitosis, enfermedades crónico degenerativas, dermatosis y enfermedades diarreicas agudas.
Por otra parte, de acuerdo con la información proporcionada por el gobierno de Guatemala, la erupción del volcán provocó 112 muertes; sin embargo, el número todavía podría incrementarse, pues aún existen pacientes internados en hospitales con quemaduras graves.
A su vez, esta forma de actuar muestra la solidaridad existente entre la comunidad médica internacional, como lo vivió nuestro país con los sismos registrados en septiembre del año pasado, cuando diversas brigadas de galenos y rescatistas de otras naciones llegaron a México para brindar atención.