Cerca del 1 por ciento de la población padece de algún tipo de esquizofrenia. Los efectos de esta enfermedad van más allá del ámbito mental. De hecho, parece que puede afectar varios órganos que no pertenecen al sistema nervioso central. Un grupo de investigadores de la Universidad de Ginebra ha hecho algunos hallazgos sobre esta enfermedad. Creen que, a la luz de su descubrimiento, en un futuro podría ser posible una terapia curativa.
Las conclusiones de los científicos fueron publicadas en la revista Nature Neuroscience. De acuerdo con Alan Carleton, coautor líder del estudio, los síntomas de la esquizofrenia son causa de una desincronización de las neuronas. Sin embargo, previo a su estudio, no se tenía una comprensión exacta de este fenómeno. Para eso, se analizó un modelo animal muy similar.
Ratas, la clave para descifrar la esquizofrenia
Para sus hallazgos, los investigadores provocaron el síndrome de DiGeorge a un grupo de ratas. Esta condición cuando ocurre en humanos, aumenta en 40 veces el riesgo de desarrollar esquizofrenia. En animales de control, sin el padecimiento, se observó una red neuronal sincronizada y dinámica. Pero en los especímenes afectados, la situación era muy distinta.
[Las neuronas de los animales enfermos tenían el mismo nivel de actividad que en ratas sanas. Sin embargo, carecían de coordinación. Como si las células no pudieran comunicarse unas con otras]. La sincronización de las redes neuronales se logra mediante subpoblaciones inhibidoras. Pero en este modelo, estos grupos eran mucho menos activos […]. La anarquía era dominante.
Carleton propone que el rol de estas neuronas inhibidoras es fundamental. Si estos organismos no funcionan correctamente, no existe un control o estructura eléctrica adecuada. Así, las otras células de la red tienden a actuar de forma desordenada. Esta desincronización es la responsable de muchos síntomas de la esquizofrenia. Por tanto, podría ser un objetivo terapéutico.
Los investigadores estimularon las neuronas inhibidoras en los ratones enfermos. Observaron que la terapia conseguía restaurar el orden de la red cerebral. Algunos síntomas de la esquizofrenia se redujeron en estos modelos. En particular, hiperactividad y déficit de memoria. Carleton y su equipo apuntan que estos resultados son prueba de la posibilidad de un tratamiento a futuro. Apuntan que incluso podría curarse en la etapa adulta, cuando el sistema ya es maduro.