- Podemos entender el estrés como la reacción negativa del organismo ante una situación que se percibe como amenazante.
- Todos y cada uno de nosotros luchamos de alguna forma contra el estrés que aparece en nuestra vida.
- La forma en la que luchamos para superar el estrés es lo que se llama afrontamiento del estrés.
Podemos entender el estrés como la reacción negativa del organismo ante una situación que se percibe como amenazante. En toda situación dada, nuestra mente valora cuales son las exigencias presentes en dicha situación y cuales son los recursos personales que tenemos para gestionar las demandas.
Si el resultado de estas valoraciones es positivo, es decir, percibimos que nuestros recursos son suficientes para cubrir las demandas no padeceremos estrés. Si por el contrario, percibimos que nuestros recursos no son suficientes para cubrir las demandas de la situación, entonces el estrés hará acto de presencia con todo lo que ello conlleva.
Síntomas del estrés:
El estrés es una reacción general del organismo que involucra cambios a nivel físiológico, cognitivo, emocional y conductual.
- Nivel fisiológico: Dolores de cabeza y tensión muscular generalmente en cuello y espalda. Problemas del aparato digestivo: digestiones pesadas, colón irritable, dolores y acidez de estómago. Tensión alta que puede desembocar en trastornos coronarios. Cansancio físico. Enfermedades de la piel: brotes de psoriasis, dermatitis.
- Nivel cognitivo: disminución de la concentración y la memoria, Dificultad para la toma de decisiones. Fatiga mental. Embotamiento mental. Insomnio.
- Nivel emocional: angustia, nerviosismo, alteraciones del estado de ánimo e irritabilidad.
- Nivel conductual: trastornos del apetito, conductas impulsivas, aceleración, bloqueos mentales y agresividad.
Afrontamiento del estrés ¿se puede superar?
Todos y cada uno de nosotros luchamos de alguna forma contra el estrés que aparece en nuestra vida. La forma en la que luchamos contra el estrés es lo que llamamos afrontamiento o superar el estrés.
Si bien es cierto que todos tenemos nuestra manera de enfrentar el estrés, no todas las personas salen victoriosas de esta lucha. Esto puede deberse a que no sabemos exactamente cuales son las fuentes de estrés, no hemos desarrollado las estrategias de afrontamiento necesarias, o aunque las hayamos desarrollado, no sabemos ponerlas en marcha correctamente.
Podemos establecer una jerarquía del afrontamiento con los diferentes niveles que cada uno de nosotros pone en marcha a la hora de vérselas con el estrés.
Estilo de Afrontamiento.
Son las formas generales y habituales de enfrentarse al estrés. En cuanto al estilo de afrontamiento encontramos dos tipos:
- Estilo Reactivo: Este es un estilo impulsivo, la persona reacciona de manera instintiva al estrés, de forma rápida y emotiva.
- Estilo Proactivo: Este es un estilo preventivo. La persona se prepara para la situación de estrés. Planifica su estrategia para vérselas con la situación estresante.
Recursos de Afrontamiento.
Son el conjunto de ventajas físicas, psicológicas, personales y sociales que tiene la persona y desde las que nacen las estrategias adaptativas de la gestión del estrés.
La autoestima, el apoyo social, la seguridad económica, la salud física, las habilidades sociales, son recursos adaptativos para la gestión del estrés.
Estrategias de Afrontamiento.
Son los planes y actuaciones manifiestas que ponemos en marcha para enfrentarnos al estrés. Dentro de estas estrategias encontramos las estrategias paliativas y las preventivas.
- Estrategias Preventivas: Son aquellas estrategias encaminadas a evitar que suceda el evento estresante.
- Estrategias paliativas: Son aquellas estrategias que utilizamos para minimizar el impacto que genera el estresor.
Las personas que más eficazmente lidian con el estrés son aquellas que han desarrollado recursos en las tres capas de afrontamiento
TÉCNICAS PARA SUPERAR EL ESTRÉS
1.- Respira
La respiración está ligada al sistema nervioso. El estrés y la ansiedad hacen que la respiración sea automáticamente menos profunda y esto aumenta la sensación de ansiedad envolviendonos en un ciclo vicioso.
Una práctica de respiración sencilla de recordar y practicar es 4-7-8.
Acuéstate con la espalda recta, inhala por 4 segundos, sostén la respiración por 7 y exhala por 8 segundos.
Trata de que la inhalación venga desde tu estómago y repítelo 10 veces. Sé consciente de las sensaciones en tu cuerpo al terminar el ejercicio. El efecto es inmediato.
OJO, si no puedes aguantar la respiración por 7 segundos sin sentirte algo mareado reduce la cuenta a 5.
2.- Medita 5 minutos al día
Meditar es la acción de observar tus pensamientos y sensaciones con atención plena.
Además de las reseñas anecdóticas la ciencia ama a la meditación. Un estudio de la Universidad de Stanford encontró que las personas que meditan 8 minutos al día duermen mejor, manejan mejor el estrés y hasta aumentan su capacidad cognitiva.
Si nunca has meditado te recomiendo mucho empezar con alguna aplicación como HeadSpace o Calm. Te van llevando de la mano a través de las diferentes técnicas de meditación y las voces que narran las sesiones son de lo más relajantes.
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