La espina bífida es un defecto del tubo neural que afecta el desarrollo de la médula espinal y las estructuras circundantes. Su tratamiento depende de la gravedad de la condición y busca mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, minimizar las complicaciones y fomentar la independencia. A continuación, te describimos las principales estrategias terapéuticas:
1. Cirugía correctiva
En los casos más graves, como la mielomeningocele (una forma severa de espina bífida), la cirugía es esencial. Generalmente se realiza poco después del nacimiento para cerrar el defecto en la médula espinal y prevenir infecciones como la meningitis. En algunos casos, se puede optar por cirugía prenatal, que ha demostrado reducir complicaciones y mejorar la función neurológica del bebé.
2. Gestión de hidrocefalia
Muchos pacientes con espina bífida desarrollan hidrocefalia, una acumulación de líquido en el cerebro. Para tratarla, se utiliza una derivación ventrículo-peritoneal, un dispositivo que drena el líquido hacia el abdomen. Esta intervención es crucial para prevenir daño cerebral y mejorar el desarrollo cognitivo.
3. Fisioterapia y rehabilitación
La fisioterapia desempeña un papel fundamental en el tratamiento. Ayuda a fortalecer los músculos, mejorar la movilidad y prevenir deformidades ortopédicas. Para quienes tienen dificultades para caminar, se emplean dispositivos como sillas de ruedas, órtesis o andadores.
4. Control de la vejiga y el intestino
La espina bífida puede afectar el control de esfínteres. Por ello, se utilizan técnicas como cateterismo intermitente o programas de entrenamiento para ayudar al paciente a mantener una función urinaria e intestinal adecuada.
5. Apoyo psicológico y social
La atención integral incluye apoyo psicológico, especialmente para abordar problemas emocionales relacionados con la autoimagen y la independencia. También se fomenta la integración escolar y laboral mediante programas adaptados.
6. Monitoreo a largo plazo
La espina bífida requiere seguimiento continuo con un equipo multidisciplinario de especialistas, como neurólogos, urólogos y ortopedistas. Esto garantiza que las complicaciones sean atendidas rápidamente y que se ajusten los tratamientos según las necesidades del paciente.
El tratamiento de la espina bífida combina cirugía, rehabilitación y cuidado integral para maximizar la calidad de vida y fomentar la inclusión de las personas afectadas en la sociedad.