Al igual que ocurre con otros tipos de defectos del tubo neural, los médicos no conocen todas las causas de la espina bífida. Tanto la genética como el medio ambiente tienen que ver. Aunque, es cierto que algunas determinaciones sí que se han hecho sobre esta afección. Las más destacables son las siguientes:
- Los padres de un niño con espina bífida corren un mayor riesgo de tener un segundo hijo con un defecto del tubo neural.
- El ácido fólico (que es un tipo de vitaminada B) puede ayudar a prevenir los defectos del tubo neural cuando se toma antes y durante el embarazo.
- Algunas enfermedades asociadas al embarazo (como, por ejemplo, la diabetes gestacional), están asociadas con un mayor riesgo de tener bebés con esos defectos. Algunos medicamentos también incrementan el riesgo de defectos del tubo neura si se consumen en el embarazo.
Se puede producir incluso antes de que la mujer sepa que está embarazada
Es durante las primeras semanas de embarazo de la mujer cuando ocurre la espina bífida, incluso antes de que una mujer sepa que está embarazada. Es por eso por lo que se recomienda que todas las mujeres que estén pensando quedarse embarazadas tomen 400 microgramos (mcc) diario de ácido fólico.
¿Cómo saber si mi hijo sufre de espina bífida?
La espina bífida se puede diagnosticar durante el embarazo o después del parto, de las siguientes formas:
- Durante el embarazo: se hacen varios estudios de evaluación en las visitas prenatales regulares que podrían identificar a un bebé con este defecto congénito. Entre estos se incluyen análisis de sangre, ecografía y amniocentesis
- Después del parto: es posible diagnosticar a un recién nacido con espina bífida si el médico observa una anomalía en algún lugar de la columna. Para obtener una imagen más clara del área sospechosa se puede utilizar una ecografía, una radiografía, una Resonancia Magnética (RM) o una Tomografía Computarizada (TC).