La frase “el agua es vida; con ella todo, sin ella nada” es una realidad. Dependemos mucho de este preciado líquido y es por eso por lo que queremos analizar cómo se encuentra México respecto a este líquido tan necesario para vivir. A continuación te lo contamos.
Marco jurídico del agua en México
El acceso al agua en México está garantizado por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, leyes expedidas por el Congreso de la Unión y firma de tratados internacionales. Es decir, el acceso al agua en México tiene un respaldo jurídico muy amplio.
En México, existe una sola ley en materia de agua, llamada Ley de Aguas Nacionales (LAN), la cual se publicó en el año 1992 y se encarga de reglamentar el artículo 27 de la Constitución. Es obligatoria para los tres órdenes de gobierno (municipal, estatal y federal) y tiene como finalidad “regular la explotación, uso o aprovechamiento de dichas aguas, su distribución y control, así como la preservación de su cantidad y calidad para lograr su desarrollo integral sustentable”.
Aunque pese al reconocimiento del derecho humano al agua por parte del Estado mexicano, así como a la aprobación de diversas legislaciones al respecto, existen problemas crecientes de acceso al agua en el territorio nacional, como analizaremos a continuación.
Estrés hídrico en México
El proyecto “Aqueduct”, realizado por el World Resources Institute (WRI), existen partes importantes del territorio nacional se encuentran bajo estrés hídrico alto y extremadamente alto. Sobre todo, habría que mencionarse las regiones del bajío y el norte del país. Solo ciertas zonas del sureste tienen riesgos bajos. Además, se prevé que el estrés hídrico aumente. Según la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), durante los siguientes diez años , 31 de las 32 entidades federativas verán un alza en el fenómeno.
Lo que está claro es que podemos planear numerosas políticas públicas en un sinfín de temas. Si no hay agua, ninguna de ellas se puede llevar a cabo de forma exitosa. Ante un contexto de calentamiento global, no se debe perder el tiempo y el acceso al agua debe ser prioridad para México.