El lavado de manos es una práctica fundamental para la higiene y prevención de enfermedades, especialmente en tiempos en los que el contagio de virus y bacterias es una preocupación constante. Una buena higiene de manos puede eliminar hasta el 80% de los gérmenes, protegiendo tanto a uno mismo como a quienes nos rodean. A continuación, te comparto los pasos clave para asegurarte de que realizas un lavado de manos efectivo.
1. Mójate las manos con agua limpia
El proceso comienza mojando tus manos con agua limpia, preferiblemente tibia. Asegúrate de mojar ambas manos completamente antes de aplicar el jabón, ya que el agua facilita la distribución uniforme del jabón y ayuda a eliminar la suciedad.
2. Aplica jabón suficiente para un buen lavado de manos
Frota tus manos con una cantidad suficiente de jabón. Cubre toda la superficie de las manos, incluyendo palmas, dorso, entre los dedos y debajo de las uñas. El jabón es fundamental porque rompe la membrana de los gérmenes, ayudando a eliminarlos de manera efectiva.
3. Frota tus manos durante al menos 20 segundos
La fricción es clave para deshacerse de los gérmenes. Asegúrate de frotar vigorosamente durante 20 a 30 segundos. Para medir el tiempo, puedes tararear una canción corta, como el “Feliz cumpleaños”, mientras te lavas. En este paso, asegúrate de prestar atención a áreas específicas como los pulgares, las uñas y el espacio entre los dedos.
4. Enjuaga con agua limpia tras el lavado de manos
Después de haber frotado bien tus manos, enjuaga con agua limpia hasta que el jabón y los gérmenes se hayan eliminado completamente. Es importante enjuagar todas las áreas, ya que los residuos de jabón pueden resecar la piel.
5. Sécate con una toalla limpia o al aire
Para evitar que los gérmenes vuelvan a tus manos, sécate con una toalla limpia o desechable, o bien deja que se sequen al aire. Las toallas sucias o compartidas pueden recontaminar las manos, por lo que es mejor usar una opción limpia.
Realizar un lavado de manos adecuado es una acción simple pero poderosa en la prevención de enfermedades como el resfriado, la gripe y otras infecciones. Incorporar esta práctica en la rutina diaria y antes de comer, después de ir al baño o al estar en lugares públicos es esencial para proteger la salud.