No cabe duda que la relación médico-paciente es el eje vertebral de la profesión médica, ya que al tener una buena relación se puede ofrecer un servicio de mejor calidad y apoyar de manera significativa a la continuación de los tratamientos y a determinar de manera más exacta el diagnostico de los mismo.
Al existir un lazo de confianza, los pacientes se sentirán más seguros de contar las situaciones o síntomas que se presentan y no dudaran del juicio de valor del médico o de las prescripciones y tratamientos a realizar, ya que más que relación médico-paciente se generara un vínculo de amistad que se ira fortaleciendo con los años, haciendo que el paciente recomiende los servicios del médico a otras personas e incluso en caso de necesitarse, el medico recomendara al paciente a algún colega suyo.
En los últimos años y desde el comienzo de la pandemia ocasionada por el virus Covid19, la relación médico-paciente se ha visto transformada de múltiples maneras, ya que las comunicaciones pasaron a ser virtuales y sin contacto, pero nunca se perdió el fundamento del acto medico.
Es evidente que los recientes cambios han traído consigo transformaciones y adaptaciones en los servicios ofrecidos, por lo que el personal sanitario ha tenido que incorporar tecnologías en sus consultas y a pesar de tener kilómetros o metros de distancia entre el paciente y el médico, se han adoptado estrategias para generar vínculos de compañerismo y camaradería, entre los que cabe destacar:
- Las estratégicas de humanización médica, que hace referencia al vínculo emocional y a la personalización del servicio ofrecido, ya que, a pesar de no estar físicamente en frente de alguien, aún es posible ofrecer una mirada cálida, una sonrisa de aliento o una actitud empatizante.
- También están las estrategias enfocadas al cuidado humano, tanto físico como emocional, las cuales requiere considerar a los pacientes como personas. Supone abandonar las relaciones funcionales para convertirlas en relaciones personales.
- Además, están las estrategias de empoderamiento a los pacientes, donde se provee educación a los pacientes con el fin de ofrecerle la batuta para tomar decisiones y acciones que afecten la salud del mismo. Estos procesos son normalmente acompañados por el personal médico para desarrollar habilidades, tener acceso a la información y a los recursos y así tener la oportunidad de influir en los factores que afectan el bienestar.
En los próximos años la relación médico-paciente seguirá evolucionando, ya que es bien sabido que hace unos años la comunicación era unidireccional, hoy en día es un poco más bidireccional, dado que el paciente ha ganado un poco de protagonismo y determinación en los procesos médicos que se establecen.
Se espera que esta relación se siga fortaleciendo con los años y que continúe en pro de mejorar todos los días, sin importar si existe o no el contacto físico en los próximos años, ya que es factible decir que todo futuro es incierto.