En los últimos tiempos, la medicina contemporánea ha sido transformada por el progreso tecnológico, cuyos avances han permitido mejorar el tratamiento de los enfermos. Aunque también ha desvirtuado las relaciones entre el médico y el paciente. La medicina no siempre funciona ya bajo un modelo biomédico tradicional y se ha dejado a un lado que el ser humano es un ente biopsicosocial y en la parte psicológica, es en la que la Inteligencia Emocional juega un papel fundamental.
Es decir, en el plano psicológico caben las emociones (tanto positivas como negativas), los sentimientos, los pensamientos y todas las funciones superiores mentales. También está el plano social donde incluye la interacción que tiene el individuo con su medio ambiente. Todo esto visto como una triada en donde uno se mueve en concordancia y al ritmo del otro.
La relación entre médico y paciente es fundamental
Lo que está claro es que lo social puede dañar lo físico y lo psicológico mejora o deteriora lo físico y así sucesivamente. Esto puede generar somotizaciones, pensamientos y sentimientos negativos, así como incapacidad para relacionarse con los demás, ciertos trastornos y afecciones de la salud, entre otras. Es por eso por lo que un buen manejo de la Inteligencia Emocional puede ayudar a ello.
La relación médico-paciente es fundamental para el avance y mejora del paciente. Aunque si esta relación se da de forma negativa o drástica puede generar ansiedad y otras sensaciones negativas, tanto en el paciente como en sus familiares. Es aquí donde la Inteligencia Emocional juega un papel fundamental ya que le permite al paciente reconocer, regular y controlar tanto sus emociones como las de los demás.
Por otra parte, la Inteligencia Emocional también ayuda al médico y demás especialistas para tener un mejor desempeño y desenvolvimiento. Esto es debido a que se da el caso de que estos se enganchan emocionalmente y padecen las mismas emociones que el paciente. Incluso se da el caso extremo de manejarlas de forma exacerbada y esto impide el tratamiento óptimo.
La Inteligencia Emocional ayuda a regular el estado de ánimo del paciente
Igualmente se da el caso que en vez de demostrar o poseer un buen control de las emociones, los médicos y demás especialistas transmiten sentimientos de desesperanza, ira y/o frustración, entre otras, en las que, a su vez, el paciente las adquiere y todo esto impide la adecuada adherencia al tratamiento.
Todos estos se pueden considerar como factores alineantes que impiden la adherencia al tratamiento, debido a que el paciente lo tomo como suyo, productos del desconocimiento de la enfermedad, el mal manejo de sus emociones, la mala comunicación entre médico-paciente, distorsiones cognitivas que aparecen a medida que avanza el tratamiento, el poder social que el paciente le da a la enfermedad o alguna conducta o comportamiento inadecuado y aprendizaje social inadecuado, entre otros.
La Inteligencia Emocional es clave y es por eso por lo que hay que incidir en regular el estado de ánimo tanto del paciente como sus familiares ya que, de esta forma, se obtendrá una adherencia al tratamiento óptima y oportuna, así como la obtención de los resultados esperados y/o deseados, tras haber cumplido cabalmente con todas las instrucciones y recomendaciones sin haber afectado el bienestar tanto del paciente como de sus familiares.