A pesar de que la salud mental de los de los profesionales sanitarios se ha visto resentida desde hace muchos años, es cierto que en la última década el burnout entre el personal médico se ha visto intensificado, debido fundamentalmente a la pandemia provocada por la COVID-19. Eso significa que los afectados se esfuerzan por hacer su trabajo pero se sienten insatisfechos y, a veces, incluso ofrecen una atención deficiente.
Aunque los profesionales sanitarios trabajan sin parar para hacer lo correcto por sus pacientes siempre, con demasiada frecuencia, no pueden. Esto se ha incrementado, sobre todo, con la escasez de recursos agudizada por la pandemia y esto, a su vez, ha hecho que aparezcan problemas que hace unos años eran impensables.
¿Qué provoca el síndrome de burnout?
Lo que está claro es que el burnout es una realidad entre los profesionales sanitarios. Pero, ¿qué es lo que provoca este síndrome? Básicamente, se puede decir que el distanciamiento social impuesto cuando comenzó la pandemia, es una de las principales causas de burnout en médicos y sanitarios, ya que, cada vez, se han visto forzados a vivir aislados. Además, el hecho de que se hayan tenido que minimizar el tamaño de los equipos (lo que ha provocado que aumente la carga laboral) también ha influido en la aparición de este síndrome.
Otros de los principales responsables de burnout son los registros médicos electrónicos y la excesiva burocracia. Para los profesionales de la salud, el trabajo administrativo es ahora un nuevo trabajo, algo que hace que los residentes, por ejemplo, a veces se sientan como poco más que secretarías altamente capacitadas.
Asimismo, junto con estas responsabilidades emocionales, los sanitarios tendrán que preocuparse cada vez más por las responsabilidades legales en lesiones de pacientes causadas por políticas COVID-19 y fallos del sistema. Esto significa que el seguro por negligencia ya supondrá una mella significativa en sus ganancias y esto solo continuará aumentando si se les hace responsables de los errores en la atención sanitaria de la pandemia.
Es el momento perfecto para impulsar el apoyo sistémico
Todo ello provoca que quizá lo más frustrante y destructivo sea la falta de apoyo que muchos experimentan en sus instituciones de origen. Muchas clínicas, hospitales y centros de atención primaria aún tienen sus dificultades para acceder a pruebas e información epidemiológica básica.
Ahora más que nunca, los ciudadanos necesitan que los sanitarios estén a la altura. Durante la pandemia se les nombró como “héroes”, así que es el momento perfecto para impulsar el apoyo sistémico que se necesita para prevenir el burnout. Se puede afirmar así que la COVID-19 es una prueba de la capacidad de recuperación que puede tener el sistema de atención sanitaria y si se falla, se corre el riesgo de vivir, durante los próximos años, en un mundo en el que muchos sanitarios no estarán satisfechos con la atención dada a los pacientes.