Atender a un paciente de la tercera edad requiere de muchos conocimientos y una habilidad especial para tratar con ellos. Se trata de un tipo de pacientes que por su edad es posible que ya cuenten con un historial de enfermedades a las cuales es preciso prestar atención. Igualmente es probable que lleguen a tu consulta por primera vez y que antes hayan sido atendidos por otros doctores.
Ello pudiera hacerlos un poco reticentes a aceptar otras sugerencias u otros métodos de consulta, pues en ellos ya existen otras costumbres que a menudo no quieren abandonar. Cuando todo ello se conjuga, ¿cómo hacer para ganarse su confianza y romper la barrera de la resistencia en ellos?
Escúchalos y despeja todas sus dudas. El objetivo en primera instancia es generar confianza en ellos. Para ello recíbelos con amabilidad, pero, sobre todo, presta oídos a sus dudas y miedos. Cuando los pacientes de la tercera edad se sienten escuchados son más propensos a abrirse y sentir confianza hacia el médico.
Diles que ya cuentas con experiencia en la enfermedad que les vas a tratar. Menciona los casos de éxito que has tenido en esa área en particular. De esa manera ellos comenzarán a sentirse un poco más relajados y propensos a escucharte. Cuando el paciente sabe que está en manos de alguien con carácter de experto, se sienten más confiados en poner su salud en él.
Haz hincapié en que tus procesos ya han sido probados. Puede ser que el paciente esté firmemente convencido de que su anterior médico tenía los mejores recursos para devolverles la salud. En ese sentido, explícale que tus métodos también están avalados y que has obtenido muy buenos resultados en pacientes con sus mismas condiciones.
¿Qué hacer cuando el paciente se siente triste o reticente a cooperar en la consulta? El factor psicológico juega un factor importante en tu papel de médico. Platica con tu paciente y sus familiares acerca de las opciones con las que trabajarán para devolverle la salud.
Sé claro en tu explicación mencionando los beneficios de tal o cual medicamento y la manera en que actuará en su cuerpo. Una actitud de confianza de parte tuya les puede transmitir seguridad y, de esa manera, elevar su ánimo.
Intenta fomentar un ambiente de confianza y bienestar en la consulta. Esto será lo más importante para que el paciente se sienta cómodo en cada visita y desee salir adelante en su tratamiento. En la medida en que te vea más como un amigo que como un simple médico agradecerá que sus caminos se hayan cruzado.
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