El sistema de salud en México está diseñado para atender a una población diversa a través de una combinación de instituciones públicas y privadas. Aunque se han logrado avances en cobertura y atención, el sistema enfrenta retos importantes en equidad, financiamiento y calidad.
El sistema público es uno de los pilares principales, compuesto por diferentes instituciones. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE)atienden a trabajadores del sector privado y público, respectivamente, así como a sus familias. Estas instituciones ofrecen servicios que incluyen atención primaria, hospitalización y tratamientos especializados.
Por otro lado, el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), creado en 2020, reemplazó al Seguro Popular y busca garantizar acceso a servicios médicos gratuitos para personas sin seguridad social. Sin embargo, su implementación ha enfrentado críticas por falta de recursos y coordinación.
En las zonas rurales, los hospitales comunitarios son fundamentales para el sistema de salud mexicano
En las zonas rurales, los servicios estatales de salud y los hospitales comunitarios desempeñan un papel crucial, aunque con frecuencia enfrentan limitaciones en personal, equipo e infraestructura. Los Institutos Nacionales de Salud, ubicados principalmente en Ciudad de México, son centros de referencia para enfermedades complejas, como cáncer, cardiopatías y trasplantes.
En el ámbito privado, hospitales como los del Grupo Ángeles, Médica Sur y Star Médica ofrecen servicios médicos de alta calidad, pero a precios elevados. Las aseguradoras privadas permiten a algunos mexicanos acceder a estos servicios, aunque no están al alcance de toda la población.
La falta de coordinación entre instituciones públicas y privadas es un problema
Un desafío clave del sistema es la fragmentación. La falta de coordinación entre instituciones públicas y privadas genera desigualdad en el acceso y la calidad del servicio. Además, problemas como la saturación hospitalaria, escasez de medicamentos y déficit de personal médico afectan su funcionamiento.
Para fortalecer el sistema, México necesita mejorar la inversión en salud, aumentar la prevención de enfermedades y garantizar acceso equitativo a servicios de calidad. Aunque el panorama es complejo, el compromiso de todos los actores involucrados es fundamental para avanzar hacia un sistema más eficiente y accesible.